Ayer jueves publiqué en "Grito de Lobos" este artículo que ha dado lugar a un interesante debate por parte de los comentaristas cuya lectura les aconsejo.
Me ha parecido interesante publicarlo también en estas páginas.
El pretexto es la decisión de Sarkozy de expulsar a los gitanos del territorio francés. Con ese motivo, intenté abordar nuestra propia coherencia y lo imprescindible de la educación y de la cultura para conseguir una sociedad más solidaria e integrada.
Este es el artículo.
Educación + Cultura = Tolerancia
La medida de expulsar a los gitanos de Francia, tomada por Sarkozy, medida totalmente xenófoba y racista, ha hecho correr muchos ríos de tinta, de tinta negra y oscura.
El señor Sarkozy ha dado el traste, eso sí acompañado de muchos votantes que apoyan la medida, con los objetivos de "liberté, egalité, fraternité", lema de la República Francesa a la que supuestamente representa.
Pero lo que yo hoy intento subrayar es cómo se ha puesto de manifiesto el divorcio que con frecuencia existe entre nuestras ideas y "nuestras prácticas". En definitiva, nuestro grado de coherencia, y también de tolerancia.
El otro día, Isaac Rosa, soy lectora habitual de sus columnas en Público, señalaba que nuestro nivel de tolerancia siempre tiene algún "pero":
* No soy homófobo... pero no querría que mi hijo fuera gay
* No soy racista... pero no querría que mi hija se casara con un negro
* No soy xenófobo... pero no alquilaría un piso a un magrebí
Así, ad infinitum.
Estos ejemplos nos son a todos, admitámoslo, conocidos y comunes. Y es que, una vez más, podemos observar que la teoría se distancia de la práctica. A diario lo comprobamos fácilmente en los demás, en el otro. Quizás nos cuesta algo más admitirlo en nosotros mismos.
El único camino hacia la tolerancia, hacia la diversidad y el respeto a lo diferente, es a través de la educación. De la cultura. Precisamente, la asignatura "Educación para la ciudadanía y derechos humanos", que así se llama, se creo en 2006 para reforzar los valores democráticos y constitucionales. Para favorecer el desarrollo de personas libres e íntegras. Sin embargo, desde el comienzo esta disciplina, y su implantación, ha resultado polémica a causa de los elementos más integristas, insolidarios e intolerantes de nuestra sociedad.
En un mundo tan complejo y diverso como el que nos ha tocado vivir, creo totalmente necesario reforzar la educación en valores que nos permita a todos asumir una mejor y solidaria convivencia.
Ante estas situaciones no podemos guardar silencio y ser cómplices de la xenofobia, de la marginación, del racismo. Insto a todos a que gritemos con fuerza en defensa de una sociedad solidaria y esto solo podremos conseguirlo a través de la cultura y de la educación. Yo no conozco otro camino.
Les dejo con unas siempre interesantes palabras de Eduardo Galeano: "Ensayo del miedo"