Revista Comunicación

Gritos Por David Rodríguez.

Publicado el 26 diciembre 2015 por Elaltramuz @ElAltramuz

Gritos

Gritos Por David Rodríguez.
La historia del cine está plagada de curiosidades de lo más interesante, desde luego cada época tiene su marca, unas más cutres y otras más elegantes. Pero siempre ha habido un elemento que ha ido guiando la mayoría de estilos, ya sea por el tipo de vestuario, la forma de rodar o sencillamente un lenguaje más desfasado, pero que nos hacía poco a poco entrar en comunión con él y que nos sumergía más profundamente en la historia de una forma inconsciente, como aquella jerga de La Naranja Mecánica.
Pero si un tipo de cine concreto tiene una característica inconfundible, es lo que se denomina de tipo "navideño" o "infantil". Estos conceptos normalmente suelen ir de la mano, pero no es estrictamente necesario, así vamos a apodar al tipo del que quiero hablar hoy "Cine navideño infantil".
La Navidad, esas fechas en las que todo es tiene un olor especial, como el de las castañas asadas, los churros y la canela en todo tipo de dulces. Las ciudades se vuelven más luminosas de lo habitual con la decoración de luces de colores, y la gente comprando compulsivamente, las largas colas para cualquier cosa, las aglomeraciones en calles, bares. Sí lo cierto es que apesta bastante. Pero si hay alguien que explota esto como nadie es Hollywood, (con permiso de los grandes almacenes).
El cine navideño infantil suele contener factores muy comunes en casi todas las películas: un niño o niña protagonista, y cuanto más repelente pueda llegar a ser mejor, unos padres calzonazos que son muy dialogantes con ellos, y por supuesto amigos de sus hijos. En muchas ocasiones quieren meternos en la cabeza que hay que creer en Dios, en Santa Claus y en aquello que ellos llaman: "Espíritu Navideño". También les encanta esas mierdas como la "unión familiar", y decir que tu padre es tu héroe. Pero si hay algo que suele predominar en absolutamente todas las cintas de este tipo son los gritos.
Y con Gritos no me quiero referir a la recopilación de la saga Scream, aunque es algo que me reservo para un futuro cercano.
Como en todos los acontecimientos que se han producido en la historia, siempre ha habido una primera vez, algunos pioneros, los padres o madres de los grandes logros y a su vez de los mayores errores de la humanidad. Gente tan ilustre como: Neil Armstrong, Dolores Ibárruri o Georgie Dann. Si alguien fue el padre de los gritos en el cine navideño infantil no es otro que Macaulay Culkin. Aparentemente es un nombre sencillo de pronunciar, pero no sé por qué en España, al igual que las huellas dactilares, no hay dos personas que lo pronuncien de la misma forma. Supongo que habrá alguien entre todos los habitantes del país que por estadística pura lo nombre de manera correcta, pero quien sabe. Mis favorito es: "Makuli Culki".

Gritos Por David Rodríguez.

"Llámame como quieras".


Pero no nos desviemos más. El otro día tuve un ataque de... venga, vamos a decirlo Espíritu Navideño, y no tuve más remedio que ponerme Solo en Casa una vez más, o como dicen en latinoamérica: "Mi pobre angelito". Y después de mucho pensarlo he sacado muchas conclusiones con este film. Lo primero es que el modelo Médico de Familia no funciona, y demuestra una vez más que por muy grande que sea la casa, no puede acoger a familias enteras porque siempre ocurre alguna desgracia. También nos intenta transmitir esos valores familiares de los que hablaba antes, en los que la madre haría lo que fuera para volver a casa con su hijito aunque tuviera que volver en una furgoneta llena de apestosos músicos de clase baja renunciando a sus vacaciones de invierno. [Por cierto, odio ese concepto de "Vacaciones de invierno", quizá sea porque nunca he podido permitírmelas y tampoco he conocido a nadie que pudiera, o al menos que se permita el lujo de llamarlo así como algo habitual cada año].
Otro valor que nos indica la película, es que El Sistema no funciona. Las cárceles no son lugares donde rehabilitan a los delincuentes, y por supuesto, que tienes que tomarte la justicia por tu mano, eso queda demostrado. Incluso hay un momento en el que llegas a empatizar con los ladrones. Estoy seguro que nos hemos reído mucho con todas las putadas que el pequeño "Kulkin" les ha preparado, pero hay un punto en el que terminas sufriendo como ellos; llega a resultar sádico. La sed de sangre del chico no tiene fin. Y esto ya crea un círculo en el que todos gritan, Daniel Stern y Joe Pesci también se pegan un buen atracón. Pobres vecinos.
¿Recordáis aquello que os he comentado anteriormente con el argot de La Naranja Mecánica, la forma en la que poco a poco vas entendiendo los conceptos sin pensar demasaido porque ya estás dentro? Pues a la altura de Stanley Kubrick, también Chris Columbus jugó con nuestros cerebros y consiguió algo que no he vuelto a ver más, y es interiorizar aquellos gritos desgarrados del ahora toxicómano, y descubrir al finalizar la película que te sientes como si huberas corrido la Maratón de New York. Estás agotado. Te has comido más de hora y media de chillidos y no te has dado cuenta.
Como ya sabéis muchos, soy muy vago, y no me he puesto a contar las veces en la película en las que aparece Macaulay con la boca desencajada emitiendo aquel sonido tan irritante, y tampoco sé si Jesús Pinillos, (actor de doblaje de Culkin) acabó con algún tipo de trauma o daño físico irreparable después de tal esfuerzo.

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Jesús Pinillos después de doblar Solo en Casa.


Pero no sería justo echar todo el peso de la culpa sobre este pobre chico que ahora ha encontrado alivio en las drogas y el alcohol. Hay películas del género en el que a falta de un niño gritón, es el padre quien se dedica a tal función, como Arnold Schwarzenegger en Un padre en apuros (1996). Ésta pertenece a aquella época en la que Arnold no levantaba cabeza exceptuando Desafío Total (1990), ya que venía de años antes con cosas raras del tipo Los gemelos golpean dos veces (1988), o posteriormente con Junior (1994). Sí, Schwarzenegger también grita.

Gritos Por David Rodríguez.

Schwarzenegger gritando.


Luego hay otro tipo de variables, ahora vamos a hablar de aquellas en las que gritan tanto niños, como adultos, animales, e incluso objetos que deberían ser inanimados. Hay un actor que le encanta hacer este tipo de cine, uno al que nunca he tragado pero que no puede estar lejos de nuestros televisores al llegar estas fechas, no es otro que Tim Allen. Si queréis saber a qué me refiero cuando digo "Festival de gritos" podéis poneros ¡Vaya Santa Claus! (1994). En serio, es más irritante que un anuncio de Reggaeton en Spotify.
Pero para terminar esta breve reflexión sobre lo que os he contado hoy, quiero decir que no todo lo que he dicho tiene por qué ser precisamente negativo; hay gente a la que le gustan los gritos, imagino que por eso Shakira vende tantos discos. También es un mérito crear un estilo dentro del propio estilo, eso sólo lo han conseguido unos pocos. Así pues, desde aquí, os animo a que gritéis durante estas fiestas, gritad alto, tan alto como podáis. Despertad a los vecinos, acudir a las iglesias de vuestros barrios a gritar, a bares, en el coche, a residencias de mayores (viejos), en vuestros lugares de trabajo. Gritad, y no dejéis de hacerlo nunca. Propiedad de ElAltramuz.com

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