Grosera manipulación

El Mundo al revés. (Diario Expreso). 
Luis García Miró Elguera. 
GROSERA MANIPULACIÓN. 

El viernes 13 de este mes, EXPRESO tituló en portada “Alista una coartada” –sobre una foto del ex presidente, Alejandro Toledo– precisando “Se adelantaría a la citación de la comisión de Fiscalización del Congreso de la República y aduciría que, si bien llegó al país para asistir a ese grupo de trabajo, no le permitieron declarar”. Y el martes 17 los hechos le dieron la razón a este periódico. Toledo organizó un pantallazo. Primero arribó la noche anterior, en medio de un baño de popularidad orquestado por su portátil. Previa y sigilosamente había enviado una carta a esa comisión –que recién se aprestaba a convocarlo a mediados de octubre, previendo que surjan nuevos testimonios como los de la Unidad de Inteligencia Financiera y dos intermediarios que negociaron la venta de inmuebles directamente con Toledo– donde el ex jefe de Estado solicitaba que lo reciban para exponer sus puntos de vista –en calidad de invitado– el martes 17 a las 10 am, con la taxativa que la cita fuera por espacio de 20 minutos. Es decir, sin dar tiempo para que se le interrogue posteriormente. En castellano, Toledo le imponía condiciones al Legislativo para salvar su pellejo. Como era de esperarse el Parlamento lo recibió, luego que el presidente de la comisión de Fiscalización lo convocara para esa misma fecha. Pero –ojo– ya en condición de investigado. En otras palabras, desechaba el pedido del ex mandatario. Por supuesto la reunión acabó a capazos.

Dicho sea de paso, el ex presidente asistió sin abogado, presumiblemente preparando el terreno para que más adelante pudiera alegar la violación de su derecho a una legítima defensa. Sea como fuere, Toledo montó un tinglado –demasiado grosero a nuestra manera de ver– para evitar lo inevitable: que declare ante la comisión congresal y se someta plenamente a una investigación por parte de ésta. Obviamente su defensa estriba en denunciar una persecución política, como cortina de humo para esconder la miríada de trapisondas y embustes que rodean el millonario escándalo inmobiliario en el que Toledo aparece envuelto junto a un grupo de hombres –y mujeres– de paja.

Pero como el ex mandatario es más predecible que un calendario, se produjo exactamente lo que iba a ocurrir tras su maquinación política. Denunció la famosa persecución y acusó que se le había impedido exponer, “pese a que fui yo quien pidió asistir para declarar ante la comisión legislativa”. Y, como parte de su innata predictibilidad, se embarcó esa misma noche rumbo a Norteamérica.

No obstante, permanecen plenamente acreditadas la denuncia de la Unidad de Investigación Tributaria –que enloda bastante a Toledo–, las pesquisas realizadas en Costa Rica por el Fiscal de la Nación, las declaraciones de los agentes inmobiliarios, así como la versión de su amigote, Josef Maiman, testimonios ambos que dinamitan de raíz las declaraciones preliminares que brindara el ex presidente ante el Congreso. Menudo problema en que se ha metido Alejandro Toledo. Él que vivió disfrazado de adalid de la anticorrupción. Lamentablemente el hecho hiere a la democracia.

FUENTE: DIARIO EXPRESO. http://www.expreso.com.pe/el-mundo-al-reves/grosera-manipulacion