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grow up... and read

Publicado el 05 marzo 2012 por Sfer
En la televisión dan la primera película de Harry Potter. Un montón de barcos brillantes se mueven sobre el agua negra. He visto esta película más veces de las que he follado. Es una estadística que tengo que invertir. Empezaré por no verla otra vez. (p. 47)
Jonah despliega el polvo escondido en un envoltorio hecho con un flyer de "Una noche de dubstep delirante". Con el carné de la biblioteca hace cuatro rayas sobre la tapa del váter y nos las metemos. Nos dejamos caer al suelo. Con la espalda apoyada en la pared, miramos las baldosas de enfrente durante unos minutos. Me quema la nariz y siento una cascada de aguas fecales en la garganta antes de notar cómo se extiende por mi cabeza. (p. 90)
- Jasper - me dice -, ¿qué generación somos nosotros?
Me encojo de hombros.
- No lo sé. La Z o algo así.
- No, es la Y - afirma Ping.
- Pensaba que éramos la Generación X.
- No, gilipollas - digo -. La Generación X fueron Van Halen y esos. (p. 144)
Jonah ya está en el Yellow Pony, sentado tras una cerveza y una novela de Murakami. No entiendo mucho a Jonah pero sí por qué lee a Murakami. Murakami me hace sentir seguro y optimista. Ojalá Murakami fuera mi padrastro. Murakami nunca asesinaría a mi madre. (p. 186)
Me sirvo un vaso de leche y lo llevo al cobertizo del fondo del jardín. Saco mi cuaderno de detrás de una pala y empiezo a trabajar en mi novela de nuevo. La novela está casi terminada. Es la historia de un joven dotado de un gran carisma e ingenio que intenta averiguar qué hacer y cómo hacerlo. Tiene todo lo que quería: una escena con una especie de violación (lo siento otra vez, Georgia), una especie de revelación (lo siento otra vez, Keith) y una especie de lección. Aún no sé cuál es la lección pero está claro que habrá una.
Soy Holden Caulfield solo que menos temerario y más atractivo. (p. 230)
***
Se pueden decir muchas cosas de Ben Brooks y de su libro Grow up (Canongate) / Crezco (Blackie Books) / Fes-te gran (Empúries). Puede gustarte con locura, encontrarlo fresco, sincero y divertido o incluso desternillante. Puede desagradarte profundamente, encontrarlo ordinario, grosero o incluso racista u homófobo. Lo que no se puede negar, es que se nota que Ben Brooks ha crecido mamando libros... y no precisamente las lecturas obligatorias del instituto. Ben Brooks tampoco será lectura obligatoria en ningún instituto. Ni siquiera sé si yo me atrevería a recomendarlo en la biblioteca... pero sí sé que, si en mi época todo mi grupito de amigos se leyó a José Ángel Mañas o Ray Loriga porque yo los puse en circulación, hoy en día podría pasar perfectamente lo mismo con el libro de Ben Brooks.

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