En la mañana de este viernes, 29 de noviembre, han comenzado los actos de celebración del 30º Aniversario del Colegio, con tres mesas redondas -en el emblemático auditorio Paco Rabal- en las que ha participado representantes de la comunidad educativa que ha hecho posible el éxito del centro: desde representantes institucionales de GSD, pasando por concejales, alumnos, padres de familias GSD, y los directores del Centro
En el curso 1994-1995, el entonces alcalde de Madrid, Jose María Álvarez del Manzano, inauguraba el Colegio GSD Vallecas el mismo día que se colocaba la primera piedra de la sede de la Asamblea de Madrid, a escasos 500 metros del centro.
Muy cerca, en el emblemático Auditorio Paco Rabal del barrio de Vallecas, el centro educativo ha comenzado hoy las celebraciones correspondientes al trigésimo aniversario del centro. Los alumnos y alumnas que cursan actualmente sus estudios allí han llenado esta mañana el auditorio de un entusiasmo contagioso, que no ha hecho, sino aumentar desde aquel primer curso, el 1994-1995.
El primer acto de la celebración ha consistido en tres mesas redondas que han aportado su perspectiva de todo este tiempo de enseñanza y crecimiento. En ninguna de ellas han faltado la emotividad que ocasiona la efeméride. En la primera, intervinieron portavoces de la institución y representantes políticos; en la segunda, una representación de alumnos y padres. La tercera y última fue la de todos los antiguos directores y de la actual, con la única excepción de Juan García González, a quien se ha aplaudido en la distancia al no estar presente por motivos de salud. Todas ellas las ha moderado y presentado por José Luis Miranda, presidente de Gredos San Diego Cooperativa, a la que pertenece el centro homenajeado.
Abría la primera mesa el presidente emérito de GSD Cooperativa, y antiguo profesor de GSD Vallecas, Carlos de la Higuera. Él fue uno de los 18 miembros fundadores de una cooperativa que hoy tiene 1220 socios, haciendo realidad el sueño de que «todo el mundo pudiera ser dueño de su empresa».
De la Higuera recordó cómo llegó a los antiguos colegios Gredos, cuyo propietario era Julio López. «Tenía 20 años. Daba clase a algún alumno repetidor, de 17 o 18. En el año 1984, el titular del centro era un autónomo, que se planteó, ley de vida, la idea de jubilarse. Nos encontramos entonces ante la tesitura de asumir nosotros la titularidad del colegio», contó De la Higuera.
El colegio tenía lo que se llamaba entonces «clasificación provisional». Las aulas medían la mitad de lo que miden ahora, 20 metros cuadrados y acogían al doble de alumnos, muchas veces más de 40. Todo ello era consecuencia de un edificio, proyectado para albergar viviendas, que tornó el propósito de su construcción para convertirse en colegio. Tras la jubilación de su anterior dueño, con la nueva normativa del Ministerio de Educación, estaba abocado al cierre.
Sin embargo, el claustro de profesores no se resignó. «No vamos a desaparecer, por mucho que nos lo digan. Aquello fue un acto de rebeldía», contó De La Higuera. El colegio original había dado cobertura a las necesidades educativas del barrio desde los años 50, y se había convertido en el ascensor social de una generación muy humilde, que buscaba para sus hijos un futuro mejor. «Aportó una excelente calidad educativa en unas condiciones muy limitadas. Por eso, entre otras cosas, quisimos salvarlo a toda costa», añadía De La Higuera. La fórmula para hacerlo fue la de constituir una cooperativa, «sin tener ni idea de lo que era», y apostando por la integración en ella de todos los trabajadores: personal docente y no docente.
Vinieron, después diez años de travesía en el desierto, muy dura, porque desapareció la infravivienda del barrio, se creó un plan urbanístico, primero denominado Vallecas 92, y luego Madrid Sur, y buena parte de la población a la que prestaba servicio el centro se marchó del barrio. «Nos tocó, entonces, convencer al entorno más inmediato: asociaciones de vecinos, sindicatos y partidos políticos, de la necesidad del colegio. Cuando se presentó Madrid Sur, en la Asamblea de Madrid, entonces en San Bernardo, allí estábamos nosotros. En las reuniones de asociaciones de los vecinos, nos quedábamos hasta última hora para hablarles de nuestro colegio», contó De la Higuera.
El proyecto de un nuevo colegio finalmente fue apoyado por 22 asociaciones de vecinos, y por todos los grupos parlamentarios de la Asamblea de Madrid, el PP, el PSOE y en aquel momento el Partido Comunista. «Habíamos nacido en el momento oportuno. La Ley Orgánica del Derecho a la Educación, universalizaba este derecho, contando con la sociedad civil, algo que coincidió con una visión amable de las cooperativas, puesto que se desarrolló el artículo 129.2 de la Constitución: un mandato a los poderes públicos para apoyar estas iniciativas», explicó el presidente emérito de GSD Cooperativa.
Así fue cómo, después de 10 años desde la conformación de la cooperativa, ya en la década de los 90, se consiguió una parcela para la construcción del actual GSD Vallecas, donde se inició la aventura actual de Gredos San Diego. Treinta años después, es la primera empresa de economía social española dedicada a la educación, «gracias a las familias que como las vuestras, han apostado por este modelo educativo», terminó De la Higuera, para quien GSD es «una utopía realizable».
Borja Fanjul, concejal presidente de la Junta Municipal de Puente de Vallecas en el periodo 2019-2023, afirmó que, en los años 80 y 90, «la administración no creía en el proyecto de este colegio, en este barrio, y gracias a gente como Carlos, hoy es uno los mejores colegios de España, en un barrio donde las cosas no eran fáciles». Fanjul recordó que en su primera visita a GSD Vallecas, «no me imaginaba que me iba a encontrar un colegio puntero, en el barrio de Entrevías». También mencionó el exconcejal de Puente de Vallecas que, en la colocación de la placa a los fundadores del Centro Cultural Gredos en la Plaza de Puerto Rubio, se sorprendió con «la cantidad exalumnos de primer nivel, de grandes directivos, de personas Ibex con los que cuenta un colegio, con el que la colaboración siempre fue cercana, y que, me consta, se mantiene a día de hoy».
En el mismo sentido se expresaba Ángel Niño, actual concejal presidente de la Junta Municipal Puente de Vallecas, desde 2023. «GSD Vallecas es uno de los mejores colegios no solo del distrito, sino de Madrid. Y no lo digo yo. Lo dicen sus resultados, algo importantísimo, teniendo en cuenta que ahora, el futuro, lo marca la educación». Al término de sus intervenciones, GSD entregó un trofeo conmemorativo a los ponentes.
En la segunda mesa redonda participaron dos alumnos, Claudia de la Serna y Alejandro Martinez y un padre de familia GSD, con cuatro hijos que han pasado por el colegio: Ramón de Andrés.
De Andrés subrayó la educación en valores y la disciplina como los dos ejes centrales de GSD Vallecas y, como uno de los fundadores del AMPA del centro, dio las gracias a la dirección, «porque ha sabido escuchar a las familias» y afirmó también que para el barrio «hay un antes y un después de GSD Vallecas». Definió al centro con una sola palabra: «confianza».
Alejandro y Claudia destacaron en sus intervenciones valores como la cercanía, la empatía o el compañerismo, y se quejaron de la «exigencia del colegio», aunque, como dijo la alumna, «nosotros mismos seremos los grandes beneficiados de ella en el futuro». Para el alumno, GSD Vallecas «forma a buenas personas con proyectos de futuro».
La última mesa redonda fue la de los directores, con la citada ausencia de Juan García González (1994-2005). Todos ellos contaron sus experiencias y preocupaciones, a corazón abierto, y los que fueron sus objetivos, muchas veces relegados por lo urgente. Para Juan Jose Martínez López (2005-2012) lo prioritario siempre fue «evitar a toda costa el fracaso escolar». Definió GSD como el «inicio, el germen o la semilla de todo lo que los alumnos serán después».
Para Vicente Cañizares (2012-2022), GSD Vallecas es solidaridad, desde dentro y desde fuera. «Si este centro ha podido abrir sus puertas cada año, ha sido porque hemos estado apoyados por el resto de centros de la cooperativa. No hubiéramos sobrevivido a la última crisis económica sin el apoyo de GSD y de los siete colegios que éramos entonces». Pero también familia. «No solo somos un colegio de 2.000 alumnos. Somos una familia grande», terminó.
Por último, para su actual directora, que lleva un año y medio en el cargo, procedente de GSD Moratalaz, GSD Vallecas es «diferente», pero también es servicio y es compromiso.
Fuente Comunicae
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