Es una inmensa alegría que un poeta tan honesto y coherente, y con tanto talento, como Gsús Bonilla reciba este reconocimiento, más que merecido, a la calidad poética y al compromiso humano de su poemario Comida para perros. Enhorabuena, Gsús, Poeta. Y para celebrarlo, nada mejor que recordarte la cubierta de Comida para perros y regalarte un par de poemas, comida para el alma y la conciencia:
nunca tuve miedo al agua. es hoy, cuando aún queda sangre sobre las aceras, que me paralizan estos charcos. llueve. anoche hubo una batalla; un sinnúmero de caníbales nos masticaba a conciencia el corazón, insaciables como perros pobres, poco antes, en el noticiero de las nueve, la humanidad veía como lo apaleaban. yo lo vi también, hasta frustrarme entonces, aparta eufemismos, enternécete después, un miércoles. llórales, el tercer día
cómo palpar el despropósito, cómo arrepentirsequé felices éramos acurrucados en el comedero, junto a layerbaqué tiempo más dulce entre el rencor de las ventanasesa era la causatu luchateníamos asignada la custodia, el milagro de la sed-para su defensa corazas de barro y saliva endurecidas al sol de media tardeel origen de los alimentos nos pertenece-creamos el papel, la tinta y una punta de flecha que, poco apoco, nos iba quitando el miedo.qué va a ser de nosotros, de nuestras herramientas, volarera un misterioasombroso, aún así, suspendidos en el óxido, el espacionuestro. lo propio. resistir
Gsús Bonilla en Comida para perros (Ediciones de Baile del Sol, 2014).