Acabo de volver de vacaciones y debo confesar que me ha sorprendido mi capacidad para desconectar. He dejado de pensar en todos aquellos problemas ordinarios, en ese ruido que ocupa mi rutina, y no me deja fijarme en cuestiones de más profundidad. Dónde tengo que ir y cómo puedo centrar mis esfuerzos para llegar. Hablo del eje vertical de GTD, los horizontes de perspectiva, y de cómo pasar de ser un microgestor a un comandante en jefe.
Imagen vía C. G. P. Grey bajo licencia Creative Commons
Un microgestor es aquel que ha conseguido un cierto éxito a la hora de gestionar su actividad diaria, sus tareas y proyectos. No se deja llevar por la situación, superando los olvidos y los imprevistos, puede presumir de llevar al día su agenda y de hacer frente con eficiencia sus responsabilidades. Fijaos en los tres conceptos que se van repitiendo: tareas, proyectos, responsabilidades. De la pista de aterrizaje hasta los 6000 metros. El microgestor es eficiente con lo que tiene delante, pero descuida su plan estratégico a largo plazo.
El comandante en jefe consigue ubicar objetivos racionales a los niveles superiores de perspectiva, desde macarse en objetivos a 1 o 2 años a organizar una visión de futuro a 5 años vista, o más. Es una persona que ha conseguido descubrir sus valores y los ha interiorizado, o que como mínimo tiene presente una serie de pautas que están de acuerdo con su forma de ser, utilizándolas a la hora de tomar decisiones. Estamos hablando de un superhéroe de la productividad personal.
Como comenta David Allen en su libro Haz que funcione, no son estados donde se pueda permanecer de forma permanente. Son momentos de gracia, tanto uno como el otro, en que somos capaces de entrar según nuestras necesidades y nuestra habilidad al trabajar con GTD. En ciertas ocasiones deberemos rebajar nuestro nivel de atención y convertirnos en microgestores para hacer frente a una avalancha de imprevistos, para poner en marcha un nuevo proyecto o para ordenar y arrancar nuestra actividad cuando volvamos de vacaciones. Otras veces tendremos que aclarar nuestro nuestra mente, dejando de lado el ruido de la rutina, para tomar decisiones ante un problema o una oportunidad, que nos puede hacer modificar sustancialmente nuestro estilo de vida.
Los dos estados conviven y deben mantener un equilibrio. La cuestión es ¿cómo saltar de la microgestión a la comandancia de nuestros asuntos? No estoy hablando de convertirme en un especialista de la noche a la mañana, pero hay una serie de cosas que cuando trabajo aún chirrían:
- ¿Cómo compaginar de forma eficiente (sin que se interfieran) varios objetivos de varias áreas de responsabilidad? Al marcarnos objetivos debemos tener en cuenta que los referentes a nuestra vida profesional tienen que convivir con los de nuestra vida personal. Aunque parecen inconexos se reparten nuestro tiempo y nuestra atención. También extrapolable a cómo compaginar todos los objetivos de la vida profesional
- ¿Cómo diseñar una visión a 5 años? ¿Cómo crear un estilo de vida? Puedo variar mi forma de trabajar, seleccionar unos objetivos a dos años vista, pero algo diferente es coordinar áreas de responsabilidad y objetivos para crear una visión de mi futuro. Hacer que todos los niveles de GTD – de mi actividad- trabajen para obtener algo cercano a esta visión.
- ¿Cómo saber cuáles son nuestros valores y utilizarlos en la toma de decisiones? Comento en el post que podemos redactar una lista de pautas que definan nuestra forma de ser, o como quisiéramos ser, forma de guía en el momento de tomar decisiones. Pero ¿realmente se trata de nuestros valores? Para mí mis valores son lo que me guía, lo que me condiciona a la hora de actuar. Hay que son visibles y otros no lo son simplemente porque no he caído, no son tan evidentes y afectan de igual manera mi forma de ser y hacer.
Son temas de una complejidad que va más allá que organizar unas listas de acciones y hacer que trabajen con cierta sincronía. Ante mi veo un trabajo de años, pero todo gran camino comienza con un pequeño paso.
Te invito a dar respuesta a las tres preguntas que he formulado, estoy seguro que puedo aprender mucho de tu manera de ver las cosas. Siempre hay esa opinión o aquel detalle a la hora de hacer las cosas que hace saltar una chispa a la otra persona, dándose cuenta de algo que ha pasado por alto. Deja tu comentario.
Para hablar sobre productividad, te dejo mi cuenta de twitter @davidtorne