Este es un nuevo post de la serie «haz que funcione» pero me viene al pelo el debate que se ha originado en casa de mi buen amigo y maestro Jerónimo Sánchez sobre si tiene sentido un GTD «light» o no. La conclusión a la que, antes o después, hemos ido llegando diversos usuarios veteranos de la metodología es que no, que esa supuesta «necesidad» de una «versión light» de GTD no es sino la expresión de una falta de compromiso firme con la mejora y el desarrollo personales.
Dicho de otro modo, si está en tu mano llegar a ser la mejor versión de ti, y no lo haces, es simplemente porque no quieres comprometerte a hacerlo, lo cual, por supuesto, es una opción por completo respetable. Pero no le eches la culpa a la supuesta complejidad del método que estás utilizando para mejorar. Impagable, por cierto, el comentario de mi admirado maestro Alex Bergonzini al respecto. Se puede decir más alto pero no más claro.
La verdad sobre GTD es que funciona y funciona de forma realmente espectacular, siempre y cuando tengas voluntad de poner algo de tu parte, claro. Nadie ha dicho nunca que sea fácil. Tampoco lo es tocar un instrumento musical o terminar una maratón y a pesar de ello hay gente que lo consigue todos los días. Al final, como suelo explicar en los talleres que facilito y en los que comparto mi propia experiencia personal, lo único que realmente necesitas para que GTD funcione es un compromiso genuino y duradero de cambio y mejora personal. Si lo tuyo es la píldora azul, mejor busca otras alternativas, porque es más que probable que la píldora roja de GTD se te pueda atragantar.
Como apunta David Allen, la consecuencia final de ser responsable de cómo reaccionas ante lo que te rodea es que tienes que definir cómo quieres comprometerte con tu propio mundo. Aunque pueda sonar a perogrullada, lo cierto es que no lo es en absoluto. El mundo está lleno de gente que evita a todas horas los compromisos, no solo porque no quiera comprometerse, sino también porque, en muchas ocasiones, no sabe cómo comprometerse.
Comprometerse implica decidir y decidir siempre es más fácil cuando sabes con claridad cuáles son las posibles opciones y qué significa para ti cada una de ellas. Tener esa claridad es precisamente lo que las personas usuarias de GTD llaman tener «control y perspectiva». Cuando disfrutas de control y de perspectiva, sueles elegir la opción que realmente quieres elegir – no la que otras personas o tu entorno te quieren imponer – y además te sientes bien con ella.
Cuando decides algo desde el control y con perspectiva, significa que eso que decides es lo mejor que puedes hacer en ese momento y que es precisamente ahí donde debe estar centrada tu atención. Cuando decidir desde el control es lo habitual para ti, dejas de sentir la presión del tiempo y tu mente se libera de cualquier tipo de agobio. Las personas con control no necesitan establecer una distinción entre su vida y su trabajo – distinción que por otro lado es un sueño imposible en el trabajo del conocimiento – porque lo que les importa ya no es si algo es personal o profesional, sino si realmente es lo que tienen que estar haciendo o no.
En contra del error común de creer que la productividad personal es hacer muchas cosas, lo cierto es que la productividad personal consiste sencillamente en elegir con confianza la opción adecuada en cada momento. A primera vista puede parecer complicado pero cuando tienes control y perspectiva, resulta evidente cuál de las opciones disponibles es la prioritaria.
La productividad personal se encuentra en el punto de equilibrio entre la hiperactividad compulsiva y la pasividad indolente. Porque, en el trabajo del conocimiento, más que en hacer muchas cosas, la productividad personal consiste en hacer las cosas que realmente hay que hacer, es decir, las que aportan valor y te acercan a los resultados que merecen la pena.
Por eso, en este nuevo entorno del trabajo del conocimiento, lo importante no es la cantidad de cosas que haces sino la calidad de tu compromiso hacia ellas.
Este artículo, GTD: Productividad Personal es Compromiso Personal, escrito por José Miguel Bolívar y publicado originalmente en Optima Infinito, está licenciado para su uso bajo una Licencia Creative Commons 4.0 Internacional.Muchas gracias por suscribirte a Optima Infinito.
Entradas relacionadas:
- GTD: El Método más Simple de Productividad Personal
- GTD: La Productividad Personal es Cuestión de Enfoque
- GTD: Mucho Más Allá de la Productividad Personal