Revista Cine

Guadalajara 2010/Día uno

Publicado el 12 marzo 2010 por Diezmartinez
Guadalajara 2010/Día uno
Apenas si llegué a tiempo. Saludos a la gente de la prensa, abrazos a los amigos que hace exactamente un año que no veía, caminata apresurada al Centro Magno...
Llegué desfondado ("I'm beginning to be too old for this shit", parafraseando un clásico) pero exactamente un par de minutos antes de que se exhibiera Cefalópodo (México, 2009), el segundo largometraje de Rubén Imaz (meritoria Familia Tortuga/2006). Al salir de la película no pude más que preguntarme en voz alta: "¿para este bodrio dejé los bofes a la mitad de la calle?".
Sebastián Gabella (Unax Ugalde) llega a la Ciudad de México desde el país vasco a visitar a su primo Jorge (José Angel Bichir) aunque, en realidad, ni él mismo sabe a qué viene. Su propia voz en off nos informa a cuenta gotas: una tal Maité murió hace seis meses, a ella le gustaban los cefalópodos del título y... pus ya. Sebastián se droga pero poquito, se encama con una tal Emilia (Alejandra Ambrosi) y luego viaja a Guaymas a ver de cerca los calamares. La verdad, cuando Sebastián viaja por el Mar de Cortés yo esperaba que saliera un calamar gigante para que se tragara a este vasco deprimido ("¡Liberen al Kraken!"). En algún momento de su monótono e interminable monólogo, Sebastián le dice a la muertita Maité: "Ojalá hubiéramos tenido tiempo para aburrirnos juntos". No te preocupes, mi Sebas: por lo menos me aburriste a mí. Y en serio.
En Guadalajara 2009 uno de los mejores filmes mexicanos que vi fue el corto animado Jaulas (2009), de Juan José Medina, así que no lo pensé dos veces para entrar a ver la programación completa de los cortos animados en competencia. Por desgracia, ninguno de los nueve cortometrajes se sostiene frente a la obrita mayor de Medina.
Destacan, por lo nefasto, ¿Quién Asesinó a Alicia? (México, 2009, 18 minutos), de Oscar Alejandro Chagolla, sobre la muerte de una muchacha que aborta por la presión de su novio, sus amigos y su familia; por lo delirante fallido, Las Celulas Madre (México, 2009, 8 minutos), de Mario Torres Lemus, sobre un mundo futurista-mexica en donde un señor de varios rostros anda persiguiendo mujeres embarazadas para alargar su vida; y por lo tan abstracto que necesita unas notas de producción para explicarse, Tempo Rubato (México, 2010, 6 minutos), de Miguel Anaya, sobre una monstruoteca que parece haber salido de las pesadillas de alguien.
Hay un cortito simpático, Light Me Up (México, 2009, 3 minutos), de Omar Hernández, sobre una niña genio que no puede hacer su robot ideal; otro muy obvio pero visible llamado Moyana (México, 2009, 11 minutos), de Emiliano González, que trata de un niño enajenado por la tele que, al irse la luz, viaja a los abismos de su propia imaginación; y uno claramente influido por la estética y la temática de la obra de Tim Burton, Santiago y el Monstruo Amarillo (México, 2009, 9 minutos), de Jorge Hernández Garza, sobre un niño que vive con sus tres hermanitos zombies.
Sin embargo, creo que el ganador del Mejor Corto Animado estará entre estos tres: Antenas de Conejo (México, 2010, 13 minutos), de Paul Gómez, que trata de la siniestra rebelión de un viejo televisor de bulbos, que no quiere ser cambiado por uno moderno de plasma; Luna (México, 2010, 8 minutos), de Raúl y Rafael Cárdenas, ubicado en un mundo futuro que le debe demasiado a la estética de 9 (Acker, 2009); y el que más me gustó, El Sueño de Galileo (México, 2009, 6 minutos), en el que vemos al viejo astrónomo Galileo Galilei soñar con su lejana niñez. Técnicamente, el mejor de los nueve cortos es Luna -su hechura parece hollywoodense- pero la animación naïve de El Sueño de Galileo me ganó por completo. De todas formas, ninguno de los nueve cortos revisados le llega a los talones al ya mencionado Jaulas.
Finalmente, lo mejor del día y fuera de concurso: Soul Kitchen (Ídem, Alemania, 2009), el más reciente largometraje del joven maestro turco-germano Fatih Akin. Como se supone que la cinta tendrá corrida comercial dentro de poco tiempo, sólo apuntaré que estamos en los terrenos ligeros del primer Akin (el de Im Juli/2000) y que si alguien espera azotes como los de sus obras maestras Contra la Pared (2004) y A la Orilla del Cielo (2008) saldrá defraudado. La trama gira en torno al emproblemado dueño de un restaurante de quinta en Hamburgo, quien tiene que lidiar con su hermano recién salido del bote, una hernia que no lo deja caminar, una novia que se va a trabajar a China y un amigo traicionero que le quiere quitar el lugar de marras, llamado precisamente Soul Kitchen, para venderlo como terreno. Es un filme muy menor de Akin pero mucho más disfrutable que todo lo que vi el resto de la tarde.

Volver a la Portada de Logo Paperblog