El Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, también conocido como “Sierra de Ayllón”, se caracteriza por un impecable paisaje de montaña donde las edificaciones reflejan la geología del territorio, tal y como lo demuestra la utilización de pizarras y cuarcitas en la denominada “arquitectura negra” y de calizas en la “arquitectura dorada”.
Son muchos y variados los valores naturales de esta sierra: hayedos, robledales, pinares naturales, ríos y aves rupícolas. Dentro de los límites del parque natural está el Hayedo de Tejera Negra, la Reserva Natural del Pico del Lobo – Cebollera , la Reserva Fluvial del Río Pelagallinas y la Reserva Nacional de Caza de Sonsáz.
Hermosos senderos por ríos y en montaña, junto a una gastronomía reponedora a base de cabrito y ternera, perdíz, jabalí o corzo junto a postres celestiales como yemas, pestiños, nueces con miel… completan el aderezo de un lugar cargado de belleza y contenido.
El paso del hombre por la Sierra …
Poblado desde épocas prerromanas, el parque tiene como elemento diferenciador de su historia el aislamiento que su propia naturaleza le ha impuesto.
Tras la caída de Roma el territorio fue ocupado por una importantes población visigoda, cuya economía ya se fundamentaba en el ganado lanar.
Con la llegada de los musulmanes se inicia un periodo de inestabilidad, a pesar de la cual, la principal actividad económica continuó siendo la ganadería de ovino para la producción de lana, que se exportaba a los talleres del Al-Andalus.
Con la reconquista se hace necesario repoblar el territorio, que tienen lugar sobre todo entre los siglos XI y XIII. La población se estabiliza y se organiza en torno a pequeños núcleos. Son de este momento las iglesias románicas de la zona, las de Albendiego y Atienza.
Es un territorio que ya en el Edad Media estaba mal comunicado y, por lo tanto, aislado y marginado. Esta situación se mantuvo hasta finales del S XX, pero fue tarde para evitar la emigración masiva a las grandes ciudades en busca de nuevas oportunidades. Con el éxodo masivo muchos núcleos urbanos de la Sierra quedaron abandonados o con una exigua población, insuficiente para configurar un entramado social viable.
El abandono ha sido un factor muy importante para hacer llegar hasta nuestros días el importante patrimonio rural de estas zonas, que hoy bien acondicionado es un importante reclamo turístico, pues es un paisaje de montaña en donde las edificación se adaptan al territorio y sus materiales.
Paisaje natural y paisaje humano
Las casas construidas con las pizarras locales han dado lugar a lo que se conoce como “arquitectura negra”, auténtico patrimonio cultural de uniformidad cromática y valor paisajístico. En otros lugares del parque, donde el sustrato es de naturaleza caliza, las casas son de otro color, y por contraste se las denomina de “arquitectura dorada”.
Pueblos en donde la arquitectura negra está bien conservada son Campillo de ranas, Campillejo, El Espinar, Majaelrayo, Robleduengo, Umbralejo, Valverde de los Arroyos o Campillo de ranas. Junto con la arquitectura rural popular hay algunos edificios singulares, como el palacio renacentista de Cogolludo o el monasterio románico-barroco de Bonaval en Retiendas.
La economía de estos pueblos es fundamentalmente agrícola y ganadera. Los cultivos más extendidos son pastos para el ganado, cereales de grano, olivo y huertos familiares en el entorno de los pueblos. La caza es una actividad importante y se centra en el jabalí y el corzo. También se practica la pesca de la trucha.
Antaño eran famosos los cántaros y botijos elaborados en la zona, pero se perdió la tradición hasta que hace pocos años un taller la ha recuperado utilizando las técnicas tradicionales y elaborando sus propios diseños.
La naturaleza
Los materiales y la posición geológica dan lugar a paisajes muy contrastados. Hay tres grandes zonas. En la Sierra del Alto Rey predominan pizarras y cuarcitas, con ásperas cresterías rocosas. En la zona de rocas carbonatadas, en Retiendas, hay importantes yacimientos fosilíferos. En el sector suroccidental predominan sedimentos arcillosos de color rojo intenso, en donde se forman cárcavas e incluso chimeneas de hadas.
El modelado del parque es resultado de la acción de los abundantes ríos, que generalmente discurren encañonados, así como del modelado glaciar durante el Cuarternario.
En la Reserva Natural del Pico del Lobo-Cebollera varias cumbres superan los 2.000 m, Peña Cebollera, 2.129 m, Pico del Lobo, 2.274 m y Cerrón, 2.197 m en un ambiente de modelado glaciar
La actividad humana durante miles de años ha condicionado el paisaje vegetal del parque, que ha sido ampliamente deforestado. No obstante el abandono rural es tal, que la superficie forestal se está recuperando.
El hayedo de Tejera Negra
En Cantalojas, en la cabecera del río Lillas y su afluente el río de la Hoz, se conserva uno de los hayedos más meridionales de Europa. Además de hayas hay robles melojos, tejos, acebos, abedules, pinos silvestres, etc. Un sendero balizado recorre su interior.
Suelo y vegetación, acogen a una rica fauna cuyos máximos exponentes son las rapaces, los mamíferos carnívoros y los murciélagos. En una buena foto de familia de la fauna de este parque tendrían que figurar el lobo y la nutria, los murciélagos de herradura, el halcón abejero, el águila real, el pico menor, el pechiazul, el lagarto verdinegro, la víbora hocicuda y diversidad de libélulas y mariposas.
En la Guía del Parque Natural de La Sierra Norte de Guadalajara, recomendamos 3 rutas por los paisajes naturales más representativos.