La noche del 29 de abril del 2014, la cantautora Guadalupe Urbina nos hizo entrega de su poemario Palabras de Larga Noche. La entrega se hizo en la Casa México en Los Yoses. Nuestra querida actriz Arabella Salabery hizo de presentadora, anfitriona y declamadora. También participaron, Ángela de Bóer, el director de la editorial Uruk Oscar Castillo y un cuentacuento, amigo de Urbina del que ahora no recuerdos.Fue otra de esas típicas noches mágicas cuando una serie de personas que quieren a un artista y reconocen su talento, deciden rendirle merecido homenaje.Yo sabía que Lupe cantaba, pero desconocía su dote de poeta. Para mí, al menos, fue una sorpresa y muy grata por cierto. Porque es una poesía fresca amasada y horneada en horno de barro con olor a tierra tica, más específicamente Guanacaste y con ecos roncos y agudos de su nativo Sardinal. Aquí zumban las marimbas y se rompen las teclas aunque sean de fino coyol. Arabella, como de costumbre, hizo una breve pero excelente presentación de Guadalupe luego leyó varios textos de la cantautora. También Ángela Bóer, hija de Lupe a quien ella declaro su ángel, leyó algunos poemas del poemario en cuestión. Hubo un intento algo fallido, de un cuentacuentos de contar un cuento sobre los orígenes de Guadalupe y de un perro cascabelero.
La propia Guadalupe Urbina se presentó en todo su esplendor a cantar, contar y repartir cariño generosamente. La Sala estaba llena de un público entusiasta, cariñoso y entregado. Un público costarricense que Lupe ha sabido ganarse con su talento, personalidad y entrega durante muchos años.La dama nos hizo recordar a “una gata valiente de lengua libre” y como ella dijo repetidas veces, cuando una llega a esta edad una no puede perder tiempo en lo que diga los demás sino decir lo que quiera.
Y en efecto dijo lo que quiso.
Nos hizo reír, reflexionar y sentir orgullo por ser sus compatriotas. El éxtasis y el pleno gozo, llegó cuando culmino su presentación y el público le dio una ovación de pie.Finalmente el señor Castillo le hizo entrega del acostumbrado Búho Uruk tallado en cedro. Para la Coleccionista de Espejos: Franklin Perry