El 23 de enero del presente año, el mundo conoció al diputado Juan Guaído. Antes de ello solo tuvo minutos de popularidad cuando fue estudiante y mostró a la población, en forma de protesta, su trasero sin ropa interior.
Muchos países lo reconocieron como presidente legítimo de Venezuela, el primero de éstos fue: Los Estados Unidos.
Guaidó recibido como jefe de estado en el Paraguay. Un sueño hecho realidad, o una ilusión de oasis.
Luego de la fecha de su juramento, como supuesto presidente de Venezuela, fue recibido como mandatario en varias naciones con todas las pompas de un mandatario de estado. Era un sueño hecho realidad, y tal vez todavía escasamente lo es, “ser el presidente de Venezuela, el primer opositor luego de 20 años”. Era una estrella, movía corazones, hacía derramar lágrimas, movía para la lucha. Estaba a punto de derrocar al régimen de Maduro. Parecía que hizo temblar al chavismo. De pronto, realizó una jugada que tal vez fue el principio del fin de su estrellato: liberó a Leopoldo López y se la jugó el todo por el todo en un llamado al golpe de estado, en donde los militares no lo siguieron. Lo cierto es, que en esa jugada y en otras más, no pudo mover a Maduro ni un milímetro del poder. Tal vez “mucho ruido y pocas nueces”.
Pero… ¿fue él culpable de que los objetivos no se cumpliesen? Tal vez no, él hizo lo que pudo. Entonces, ¿qué ocurrió? Dejemos que dos muy altos funcionarios de la Casa Blanca, expliquen con sus declaraciones lo que pasó:
Audio secreto filtrado del secretario de estado EE.UU., Mike Pompeo:
«Nuestro dilema, que es mantener a la oposición unida, ha resultado ser tremendamente difícil»…Estuvimos, «tratando de apoyar a varios religiosos e instituciones para que la oposición se uniera».
Luego de este audio filtrado, el cual fue publicado por The Washington Post, Elliott Abrams, representante especial de EEUU para Venezuela, dijo lo siguiente: «Tanto la oposición como las voces chavistas son esenciales para una transición pacífica y la reconciliación nacional. Como todos los ciudadanos del país, los chavistas deberán desempeñar un papel en la reconstrucción de Venezuela». Esta declaración, hace que todo lo que estaba encaminado para una intervención militar, hay sido cambiado.
Al leer estas declaraciones, queda en evidencia, que el culpable no fue este joven diputado, sino toda la esfera de la oposición de Venezuela, que a todas luces tienen su corazón puesto en la silla presidencial de Miraflores, y al estar divididos, por la codicia del poder, se convierten en una conjunto débil para la lucha. Y tal vez, el primero en ventaja sobre la ambición de poder, es el mismo Leopoldo López, quien sabía que era el favorito para la presidencia por el hecho de que fuese un “preso político”, algo así al estilo de Nelson Mandela; pero ha perdido ese “plus” de preso político, y no tuvo la paciencia de soportar pacientemente como el surafricano. Ahora anda libre, lo que denota cobardía.
Algunos de los principales actores de oposición en Venezuela. Capriles del partido Primero Justicia, y Ramos Allup de Acción Democrática. Ambos aspiran a la presidencia de Venezuela, solo por mostrar algunos.
Algo a acotar, durante el eco de estas declaraciones de los altos funcionarios de EE.UU. en contra de la oposición venezolana, viene a coincidir, con unas escandalosas fotos donde está involucrado Juan Guaidó con una mujer rubia en un club nocturno de Barinas. Estas fotos, donde hay mucho acercamiento, han sido explotadas por el chavismo, acusando al diputado de infidelidad, a fin de claro está, deteriorar su moral de lucha. Pero tal vez, estas fotos, fueron ordenadas a salir, a fin de ir sacando, a una estrella política, que ha entrado en su ocaso.
No obstante, esto no quiere decir que USA y compañía abandonen la lucha, eso no es la naturaleza de ellos. Evidentemente la estrategia va a cambiar, pero algo si está claro, la oposición necesita, un verdadero líder que aglutine todo el sentir de una población que está cansada de sufrir una crisis económica en donde sufren trillos y troyanos.