Guardianes de la galaxia vol. 2: donde ningún superhéroe ha llegado jamás

Guardianes de la galaxia (2014) se permitía cerrar una historia espectacular de superhéroes cósmicos con un diálogo humorístico sobre si el fin justifica los medios. Los protagonistas -excriminales- acababan de realizar todo tipo de tropelías -robos, asesinatos- justificadas porque se trataba de salvar el universo. Así, tras esta hazaña, los guardianes preguntaban al agente de los Nova Corps, Dey (John C. Reilly), sobre la legalidad de acciones semejantes en el futuro, en un intercambio de frases al más puro estilo Monty Python. Con un humor negro irónico, el director y guionista James Gunn se atrevía a plantear las sombras que siempre ha tenido la figura del superhéroe, pero asumiéndolas divertidamente. Ahora, Gunn, entrega una secuela que se aleja bastante de las coordenadas de los supertipos -apenas hay conexiones con la narrativa principal de las películas de Marvel Studios- creando una comedia de ciencia ficción tan peculiar como satisfactoria. Y Gunn sube las apuestas, arriesgándose todavía más con un plano final, introspectivo, de un mapache creado con CGI. Guardianes de la galaxia Vol. 2 es increíblemente entretenida, aunque, paradójicamente, sea relativamente menos aventurera y contenga menos acción que su predecesora. Más centrada en sus personajes, resulta por eso mismo sorprendente y refrescante. Y es que Gunn consigue profundizar en cada uno de los miembros del reparto original. El bárbaro Drax (Dave Bautista), es el más divertido de la función, y se convierte en un personaje realmente interesante por su forma de pensar despiadada -pobre Mantis (Pom Klementieff)- pero noble. Gunn también desnuda  a su personaje más cartoon, el imposible mapache llamado Rocket (Bradley Cooper), al que logra darle peso y presencia a pesar de estar generado por ordenador. También se resuelven los problemas familiares que Peter Quill (Chris Pratt) arrastraba desde la primera película, y explota el conflicto entre las hermanas Gamora (Zoe Saldana) y Nébula (Karen Gillian). Por último, se abre el corazón de Yondu, fantásticamente interpretado por Michael Rooker, que resulta tan entrañable como gracioso. Además, aunque estamos ante una película con mucho diálogo, James Gunn le da más importancia a la imagen en esta entrega, creando estampas espectaculares que parecen portadas de la revista Amazing Stories, y creando set pieces bastante originales: la batalla inicial con un monstruo tentacular se muestra en segundo plano para enfocarse en Baby Groot (Vin Diesel); la pelea protagonizada por Yondu, con su flecha mágica trazando líneas rojo brillante, tiene un tono incluso experimental, casi abstracto; el clímax, con los héroes atrapados en unos asteroides, recuerda lo mejor de Los Cuatro Fantásticos, esos que estuvieron atrapados en la Zona Negativa dibujada por el gran Jack Kirby. Guardianes de la galaxia Vol. 2 es de lo mejor que nos ha dado el cine de superhéroes.