El Museo Hermitage, situado en las orillas del río Neva en San Petersburgo, es mucho más que un tesoro cultural. Este majestuoso museo, que combina cultura, historia y antigüedad, ha sido testigo de siglos de acontecimientos y alberga una impresionante colección de arte que atrae a visitantes de todo el mundo. Pero hay una historia dentro de este monumento a la creatividad humana que merece ser contada: la historia de los gatos del Hermitage.
La verdad sobre los gatos del Hermitage
Durante el reinado de la emperatriz Catalina La Grande en el siglo XVIII, el amor por el arte llevó a la adquisición de una inmensa colección de obras de arte, joyas y muebles, convirtiendo al Palacio de Invierno en un verdadero templo del arte. Sin embargo, junto con estas preciosidades, también llegaron las plagas de ratones, que representaban una amenaza para las obras de arte almacenadas en los sótanos del palacio.
La solución llegó de una manera inesperada: la emperatriz ordenó traer gatos de Kazán para enfrentar la invasión de roedores. Así nació una relación única entre los gatos y el museo, convirtiéndose en guardianes oficiales del Hermitage.
A lo largo de los años, estos valientes felinos han sido testigos de momentos históricos, desde la caída de los zares hasta las devastadoras guerras mundiales. Durante el asedio de la ciudad de Leningrado en la Segunda Guerra Mundial, los gatos sufrieron junto con el pueblo ruso, pero sobrevivieron para continuar protegiendo las obras maestras del museo.
Hoy en día, los gatos del Hermitage siguen desempeñando su papel crucial como guardianes del arte, y el museo les brinda todo el cuidado y respeto que merecen. Con su propio equipo de cuidadores, veterinarios y una dedicada atención a su bienestar, estos gatos son verdaderos miembros de la familia del museo. Pocos conocen esta curiosa faceta del museo, donde un grupo de más de 70 gatos tiene su hogar en los sótanos del complejo, vigilando silenciosamente uno de los tesoros artísticos más grandes de la Federación Rusa.
La relación entre los gatos del Hermitage y el museo es un hermoso ejemplo de la simbiosis entre humanos y animales. Que esta historia nos inspire a cuidar y respetar a todas las criaturas con las que compartimos nuestro mundo. Cuando la población de gatos supera una cifra estos gatos buscan un nuevo hogar, hay una asociación que se encarga de gestionar el futuro de estos útiles felinos en una nueva casa para que acaben sus días recibiendo todo el amor que dan cuidando el patrimonio del museo.
Crítica de la película
Conocidos como los "Guardianes del Museo", estos felinos no solo son residentes del Hermitage, sino que también se han convertido en la inspiración para una película de animación recién llegada a las salas españolas. Dirigida por Vasili Rovenski, la película promete una aventura emocionante, donde los gatos y los roedores unen fuerzas para proteger una de las obras más icónicas del mundo que llega al museo: la Gioconda.
En una aventura inesperada, Vincent, un joven gato, y su fiel amigo Maurice, un pequeño ratoncito, se ven atrapados en un viejo piano durante una inundación. Rescatados por un grupo de marineros, el piano, con ellos adentro, es enviado al museo. En el museo, Vincent descubre un escuadrón de gatos de élite que protege las obras maestras de roedores y otras plagas. Sueña con encontrar una verdadera familia de gatos, pero no quiere dejar atrás a Maurice, su amigo leal que le salvó la vida. Para ocultarlo, Vincent debe enfrentarse al desafío de su amigo: el hábito de roer obras maestras.
La trama se complica cuando La Gioconda, una de las pinturas más famosas del mundo, llega al museo, atrayendo las ansias de los roedores por masticarla. Sin embargo, ni Vincent, ni Maurice, ni los gatos del Hermitage sospechan que alguien planea robarla. Ahora, Vincent debe mostrar valentía y astucia para salvar la obra de Da Vinci, proteger la reputación del museo y, tal vez, ganarse el corazón de Cleopatra, una hermosa gata de la cámara egipcia.
La película ofrece entretenimiento para toda la familia, el encanto de ver a los gatos como héroes en la pantalla grande es algo que siempre será bien recibido. Un planteamiento sencillo ideal para acercar este cine a los más pequeños y una presentación del mundo del arte que no está nada mal.
A pesar de algunos tropiezos en la historia, la película demuestra el esfuerzo y la habilidad técnica de la industria de animación rusa, acercándose cada vez más a los estándares internacionales. Sin duda, 'Guardianes del Museo' es una propuesta que vale la pena ver, especialmente para aquellos que aman a los felinos y disfrutan de una buena aventura familiar.
Hay, bajo mi punto de vista, un par de cosas que me hubiera gustado que explotaran más y mejor, ideas brillantes que acaban desvaneciéndose un poco. El fantasma que inunda y da vida a los cuadros me parece una gran oportunidad perdida. La idea es encantadora y llamativa y sin duda podía haber dado un giro a la cinta y habernos propuesto un viaje muy interesante al arte del Hermitage, aunque no era la intención del autor que quería homenajear a estos famosos felinos que para el resto del mundo son prácticamente desconocidos. Por otra parte peca, como en casi toda las cintas infantiles, de tramas de persecución y amor que atraen a los peques pero pierden la atención del público más adulto.
Dicho esto es una interesantísima forma de acercarse a un cine de animación diferente y muy disfrutable.