Revista Deportes

Guardiola (III)

Publicado el 13 julio 2013 por Romanas
Guardiola (III)  Parece que otro periodista del Mundo Deportivo, Artells, tiene algo que decir también sobre Guardiola: J.M. Artells 11/07/2013 21:10 Guardiola desorienta porque sus palabras son contradictorias con la imagen y la proyeccion que el mismo Pep proyectó a lo largo de su intachable etapa de entrenador del Barça. No tienen nada que ver con su activa ‘crida’ a la regeneracion del club, ni con el ‘tarannà’ deportivo ni con los mensajes que, siempre justos y conciliadores, supo dar cuando convino. En sus ataques hay confusion, insinuaciones sin sustancia y da rienda suelta a un cúmulo de sospechas que podían ser nocivas para una afición madura como la barcelonista. La mayoría silenciosa escucha y entiende muy poco o nada. Si acaso, que se lleva Thiago Alcántara al Bayern, el club que le paga para debilitar y derribar a sus rivales. Una faena. Es difícilmente comprensible haber entablado una reyerta con la directiva en un escenario internacional, uniformado con el club que le ha contratado y sin ignorar que para los aficionados bávaros sus manifestaciones no tienen interés alguno. Rummenigge y los rectores del Bayern debieron alucinar con el ajuste de cuentas ‘a la catalana’. Que hable claro, ya que ha puesto patas arriba aquello por lo que tanto luchó, el entendimiento y la solidez institucional. El ‘seny’ colectivo azulgrana reclama clarificación o silencio. No es admisible que ni Pep ni nadie de su estatura profesional siembren duda alguna sobre interioridades explicadas a medias. La animadversión, el recelo, los reproches en este año sabático fueron soterrados y venían de ambos entornos. Seguramente Pep puede tener motivos para saltar, pero no está solo en este mundo. No debería olvidar que Tito, el vestuario o Rosell también pueden tener cosas que contar. Si Pep vuelve al Barça, la afición quiere al auténtico Pep. No a esta copia borrosa que explota un día en un ‘stage’ de Italia y no explica realmente por qué se fue del Barça. ¿A qué viene tanto interés para subrayar que fue a ver a Tito una vez en N.Y.? ¿Por qué es tan importante aludir al tal Odilio Rodrigues (vicepresidente del Santos) para deshacer el entuerto con Tito?¿A qué viene que un año más tarde insinúe con medias palabras lo que debería haber proclamado con toda claridad cuando correspondía? Para Pep la institución siempre estuvo por encima de personalismos. Dicen que tenía ganas de soltar lastre. Que ha sido un calentón. Quizá, pero inesperado e impropio.
Ah, se me estaba olvidando, esto de ahora, criticar a Guardiola, es fácil, no cuando nosotros lo hicimos, en pleno apogeo de su gloria.

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