El cambio, la innovación, la calidad, el conocimiento e incluso la creatividad no son conceptos nuevos en el marco del desarrollo de cualquier organización. En el ámbito de la empresa, y por ende, en el de la sociedad y el deporte, se han desarrollado un sinfín de modelos teóricos destinados a hacer frente a una situación cada vez más compleja y diversa, con el objetivo de mejorar, en definitiva el funcionamiento de las organizaciones.Cualquier organización, basa su día a día, en la continua evolución, y en una profunda revisión de sus formas de hacer, que busca adaptarse a la condiciones sumamente cambiantes que le rodean..“Renovarse o morir”, es una manida frase que se utiliza en estos casos, y que pretende, de una forma simple, hacer ver que, aquello que en un momento funcionó, y dio la posibilidad de grandes triunfos, en otro, puede que no sea así, y nos lleve al fracaso.Desde que Guardiola llegó al banquillo azulgrana, en el que implantó un nuevo modelo de organización futbolística, su esquema conceptual de esta deporte ha ido variando, y a cada temporada transcurrida, nos ha presentado novedades, destinadas a no crear un modelo de equipo estático, si no en continuo cambio y evolución.Creo que esta característica del técnico azulgrana es la que le hace diferente a sus antecesores en el cargo. Si echamos la vista atrás, y nos quedamos en las épocas del afamado Dream Team y de Rickjaard, veremos que las causas del declive de estas dos concepciones futbolísticas tuvieron idéntica forma de perecer. Y es que aquello, que en su día fue novedad, y sorprendió a los rivales en un primer momento, no evolucionó lo suficiente, para que, una vez conocido, y contrarestado por éstos, saber adaptarse a las nuevas problemáticas planteadas. Y así el 3-4-3 de Cruyff fue perdiendo fuerza ante las tácticas defensivas rivales, y el acomodamiento y dejadez dejó a la brillante generación comandada por Ronaldinho con un palmarés menos brillante del que se preveía.Y Pep, como integrante de aquellas dos formaciones míticas, observó de cerca el auge y declive de ambas. Supo captar la esencia de estas dos concepciones de juego, y a partir de ellas creo la que ahora le identifica. Pero si observamos las evoluciones de este equipo, veremos que, lejos de quedarse enquistado en un modelo, se ha visto obligado a introducir paulatinamente nuevos conceptos organizacionales, lo que implica someterse a todo un conjunto de cambios, a fin de responder a las cada vez mayores exigencias que le presenten sus competidores.. Y así, aquel equipo que se nos presento ante todos, con un nuevo paradigma de juego, identificado por una agobiante presión en la zona defensiva del rival, y una constante búsqueda del balón y verticalidad, ha ido variando, hasta mostrarse tal cual es hoy.Este concepto, que tratado de forma abstracta parece fácil de aplicar, no tiene los resultados deseados si no se cumplen antes una serie de condiciones.. Para la puesta en marcha e implementación de un proceso de cambio, es necesario cumplir un conjunto de requisitos generales, como por ejemplo, un estilo de dirección que fomente la comunicación y el diálogo y una cierta jerarquización de los diferentes niveles. En resumen, un cambio o transformación no puede ser impuesto desde arriba, sino que ha de ser comprendido y asumido por todas las personas involucradas. No debemos olvidar que un cambio o transformación siempre significa para los personas una amenaza de sus estatus actual o incluso de su medio de subsistencia. No olvidemos que una reestructuración puede significar la pérdida de un puesto que se tenía asegurado.Y aquí Guardiola vuelve a marcar diferencias con sus antecesores. Cruyff, tenía un concepto de organización futbolística totalmente jerárquico, y en el que prevalecía su criterio por encima de todo y de todos. No digamos, ya Van Gaal, que protagonizó escenas delirantes en sus dos etapas como técnico azulgrana, y que mostró tintes dictatoriales en cada una de las decisiones que se tomaban en la gestión del equipo. Rickjaard, sin embargo, fue la cara contra opuesta al “furioso” holandés, y mostró un tono afable y complaciente, que permitió como vulgarmente se dice que los jugadores “se le subieran a la chepa”, haciéndose éstos dueños del vestuario, e invirtiendo así la pirámide de la jerarquía.Pep, sin embargo, muestra unas dotes de comunicación excepcionales, y explica constantemente a sus jugadores que espera de ellos, que les pide. Se podrían enumerar múltiples detalles que así lo demuestran. Desde un Abidal, que pensó en dejar el equipo al primera temporada, al considerarse infravalorado y tratado con un juvenil ante las constantes explicaciones y correcciones del técnico., para pasar a según él mismo declaró, a disfurtar de los mejores años de su vida deportiva. Desde un Keyta, que en una final de Champions pudó exponer sus dificultades para jugar de lateral izquierdo, y ante su sugerencia fue substituido en el once inicial por Silvinho. Desde un Messi, que ha aprendido a ser uno más en el campo, y que abandonó su excesivo juego individual, para poner todo su talento al servicio de un colectivo. Desde un Mascherano, que viniendo de ser considerado el mejor medio centro del mundo, refuerza ahora la zaga azulgrana como central, y en muchas ocasiones como único integrante de esa zona. Y desde un Thiago, que previendo que su juego preciosista y de seda no encajaba con el tipo de juego que se practica, ha adaptado su forma de jugar, para así poder disponer de minutos de calidad esta temporada.Y esta temporada, estamos viviendo, lo que para mi es el máximo exponente de este concepto, el cambio continuo. Cada partido de los azulgranas supone una sorpresa, cada partido de los de Pep nos presenta una nueva forma de afrontarlo, cada partido del Barça presenta formaciones y esquemas totalmente diferentes al anterior. El objetivo, a mi entender, es el de condicionar a los técnicos contrarios, de forma que éstos se vean sorprendidos por la puesta en escena de los azulgrana. Ya han sido varios los entrenadores, Garrido, Manzano y Preciado, que han reconocido su sorpresa por la disposición táctica del equipo. Y a este nivel, en el que sólo los mejores llegan a ocupar los banquillos, y en los que los más dotados están sobre el campo, los minutos de sorpresa y reubicación en el campo, tienen su precio. Y si observamos, los escasos seis partidos disputados, en casi todos ellos, en esos minutos los culés han finiquitado sus partidos, o han dispuesto de ocasiones para ello. El fútbol, como deporte y juego, tiene un alto componente de azar, que puede condicionar algunas de las apuestas, y no siempre aquello que sobre la pizarra parece una solución fiable, se traslada de forma correcta al terreno de juego. Mestalla fue una prueba de un proceso erróneo de estrategia de juego, que hubo que rectificar sobre la marcha.Nos vamos, creo yo, esta temporada a acostumbrar, a ver lo que hasta ahora se denominaban “guardioladas”, y es que el técnico azulgrana, viendo el potencial increíble de casi todos los miembros de su plantilla, ha optado esta año, por planificar cada partido de forma individual, apartándose de la línea que le ha caracterizado estos últimos tres años, en las que sólo trece o catorce jugadores se hacían acreedores de su confianza. Tiene Pep, en su cuarto ciclo, una idea, que se podría resumir en un slogan publicitario..”Un partido, una idea!”.Veremos si los integrantes de la plantilla, hasta ahora acostumbrados a un status permanente en una temporada, son capaces de asumir este nuevo giro. Sólo la capacidad del staff técnico azulgrana, para hacerles ver la necesidad de esta nueva situación, como la aceptación de los jugadores como integrantes de un éxito colectivo y no individual, harán posible la aceptación de este nuevo cambio, que estoy convencido, nos va a llevar nuevamente a conseguir grandes éxitos esta temporada. Camino vamos de ello.