Revista En Femenino

Guarro

Por Almapau @princesas_os
Guarro

No le dolió el insulto.
No lo entendió, no entendió que su alegría, su energía, su risa, pudiese traer un insulto.
Le dolió el robo, le dolería años después, cuando fuese capaz de comprenderlo, el robo de su inocencia.
Desde aquel día intentó no arrastrarse por la tierra del patio, y ya nunca más pudo ser el indio de sus juegos.
Aprendió a comer con cuidado para no mancharse, y se concentraba en el intento, y entre tanta conciencia no disfrutaba, se negó a comer las frutas que tanto le apetecían, por miedo a ensuciarse.
Dejo de reírse al lado de otros, andaba ausente y cuando alguien se dirigía a el, en guardia respondía, dibujando la persona tímida y desconfiada que sería en el futuro.

El no lo sabía, pero no era un guarro.
Tan sólo era un niño.
No merecía insulto ni menosprecio, no merecía lástima ni rechazo.
Ellos sí, ellos sí merecían lástima, porque trataban como habían sido tratados, porque a su misma edad crecían en hogares donde los niños no juegan si se manchan, donde en la mesa no se aprende a reír.
Crecieron en hogares donde el aspecto es mas importante que el alma, crecieron manteniendo atados con cadenas sus corazones, para que no latieran con demasiado ímpetu y pudiesen arrugar sus camisas con el movimiento
Niños que temían despeinarse, o perder horquillas, y se miraban en el espejo temiendo recibir el reflejo de una coleta revuelta, o de un remolino alborotado, que trajese el rictus ofendido al rostro de quienes debían sonreírles viéndoles crecer.

Pobres los niños, aquellos que nunca lo fueron.
Pobres, aquellos que nunca supieron lo que era mancharse con el barro.
Aquellos que nunca saltaron los charcos.
Aquellos que nunca llenaron sus manos de rotulador,
Ni dominaron el arte de perder botones.
Pobres niños que nunca serían guarros.

Suicidios, niños que dejan de ser niños y se rinden antes de ser hombres.
Niños que ya no cumplirán mas años...
Niños que en lugar de preocuparse por la consola, la pelota, los deberes, deciden acabar con la presión a las que les someten sus compañeros.
Niños que prefieren no cumplir mas años, desesperado por su situación de acoso en el colegio.

Contra el bullying no basta condenarlo, necesitamos algo distinto.
Prestad atención a nuestros hijos, hagámoslo todos, porque ese niño muerto por la presión de otros, también es un niño, con padres, madres, educadores, abuelas, vecinos...
Nos ponemos fácilmente en la piel de esos padres pero y si es tu hijo el que está al otro lado?
Y si es tu hijo el que ríe las chanzas? El que ríe los empujones? El que jalea? El que insulta?
No, tu hijo no puede ser un acosador, pero y si es un testigo silencioso?
Todos sabemos que los niños se mueven en estos casos en clan, auspiciados por el grupo, y si es de los que ignora, de los que invisibiliza?
Es probable que nuestro hijo este en el lado equivocado, mera estadística...
Por cada niño acosado hay 25 en su entorno, qué hacen? Cómo actúan?

Todos podemos hacer algo.

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