Los andaluces José Pérez Rodríguez y Encarnación Núñez García llegaron a la villa de Sancti Spíritus en 1709. José pidió a su esposa que le confeccionara, con una tela de hilo blanco recibida de España, camisas sueltas. Para usar por fuera del pantalón y con bolsillos grandes.
Quizás sea una «leyenda», pero ningún territorio en Cuba le ha discutido a la villa del río Yayabo la paternidad de esta camisa cubana.
A finales de los años treinta del siglo XX la guayabera comienza a imponerse en la capital de la isla, sumando un lazo de mariposa en el cuello.
En 1944 entra al Palacio Presidencial, en el gobierno de Grau San Martín. Mientras que Carlos Prío se encarga de eliminarla de los eventos oficiales y los juzgados, señalándola como una prenda no apropiada para actos oficiales.
Después pasan unos en que prácticamente desaparece, hasta resurgir en la década del setenta.
Es una pieza compuesta por cuatro bolsillos grandes, adornada con hileras de pliegues o alforzas (dos al frente y tres en la espala) y veintisiete botones en total.
El día del espirituano ausente (el 25 de julio de cada año), se celebra también como el Día de la Guayabera en Cuba. Y se realizan, no solo en la villa espirituana, sino en muchas ciudades y pueblos a lo largo de toda la isla, desfiles y concursos de guayabera (infantiles y de mayores). Desfiles que culminan con el paseo por las calles céntricas de cada lugar de una guayabera gigante con las características típicas de la prenda.
Importantes figuras en la historia de Cuba (política y cultural) han donado su guayabera a la ciudad. Donde se creó un proyecto socio-cultural que las conserva: el Proyecto Guayaberas.
Ya suman más de cien las piezas expuestas en la sede del proyecto.