Guernica

La grandeza del arte moderno está en las casi infinitas posibilidades de interpretación que nos ofrece la obra, sobre todo si, como el caso que nos ocupa, el artista está muerto. Hoy traigo a colación una pintura famosa, con innegable connotación política, y que fue motivo de discusiones y debates tanto en el ámbito político como social o histórico.

Uno, que no entiende de arte, encuentra en la obra en cuestión, un hombre muerto con una espada rota en su mano derecha, un caballo, una mujer llorando y un toro. A ver… hombre muerto con espada, caballo y toro… a mi me suena a fiesta nacional por más vueltas que se le quiera dar al asunto. Por cierto, nunca vi ninguna crítica furibunda desde el progresismo militante hacia el toreo, obviamente explícito, en el cuadro de Picasso. Volviendo al tema que nos ocupa, ¿sería posible que el cuadro se hubiese encargado hacia 1.934 con relación a la muerte, en Agosto de ese mismo año, del torero Sánchez Mejías durante una faena?. El bombardeo de Guernica fue trágico, pero no más que el de otros pueblos centroeropeos, aquellos que diría Alvite repletos de bicicletas, campanarios y carteros, que se vieron arrasados y aniquilados por tropas alemanas pocos años después. Representar la barbarie de la guerra, la indefensión y muerte de la población civil, la desproporción intrínseca de un bombardeo, con un toro y una espada, permitánmelo ustedes, me resulta incomprensible.

Salvo que el cuadro tuviera otros fines.