En un gran hospital de Murcia se han suspendido numerosas operaciones por una huelga de limpiadores que hicieron algo terrible: llenaron de inmundicias los quirófanos, base de cultivo para los mayores asesinos en cirugía, las infecciones por gérmenes patógenos.
Esto es muy distinto a una huelga, es una “guerra biológica” criminal contra los pacientes, dicen bajando la voz, intimidados, los cirujanos que trabajaban en los trece quirófanos contaminados aposta.
En España están dándose crecientes protestas con medios más allá de los legales y lógicos para exigir mejores condiciones laborales.
No se miden sus consecuencias, se rompe drásticamente todo protocolo negociador, y se destruyen o inhabilitan servicios primarios para dañar al mayor número posible de ciudadanos.
Y en este caso es para asesinarlos: incluso cumpliéndose todas las normas de higiene, en las áreas quirúrgicas de los hospitales son frecuentes las graves infecciones que activan las enfermedades oportunistas de los enfermos más delicados.
Según el Estudio las Infecciones Nosocomiales de la Sociedad Española de Medicina Preventiva en 2011, su prevalencia fue del 7,1 por ciento.
Los cirujanos se preguntan qué ocurrirá ahora en este hospital de vanguardia con 305 especialidades quirúrgicas y 863 camas.
Y todo, por un conflicto entre la empresa concesionaria de la limpieza en ese centro, del grupo Sacyr, y sus trabajadores.
Los limpiadores tienen mil formas de protestar, pero han elegido la más dañina y, con toda seguridad, la más homicida, con sus primeros responsables y líderes sindicales, Méndez y Toxo, callados o alentándolos.
Sufriendo el Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca una “guerra biológica”, esta huelga tendría que tratarse como una situación bélica.
Úsese entonces para la urgente limpieza y esterilización del centro hospitalario la Unidad Militar de Emergencias (UME), un capricho zapateril que le usurpó su función a Defensa Civil: teóricamente está para responder a ataques así.
-----
SALAS Esta tira vuelve a ser inevitable.