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Las facciones más radicales del Islam han reorientado sus objetivos. Se han olvidado de simbologías numéricas relacionadas con el día 11 y las han “canjeado” por las fechas más importantes del calendario católico (el principal enemigo, tras el aplauso generalizado por la llegada de Obama a la Casa Blanca). Con Internet como transmisor universal, los instigadores del nuevo terror del siglo XXI, han marcado en rojo la época de la navidad y señalado con sangre a la iglesia católica copta en la diáspora. El 12 de diciembre en Estocolmo, los terroristas cerraron un ciclo de “advertencias” iniciadas aquel fatídico 11 de septiembre de 2001. El mensaje era claro: “abandonen Irak y Afganistán”. El medio elegido no es nuevo: atentado suicida. Saben lo que hacen y sobre todo cuándo lo hacen. El próximo viernes 7 de enero, el Parlamento sueco decide si prorroga la estancia de sus tropas en Afganistán. Una decisión que se antoja polémica. El terrorismo islamista estará de nuevo presente en el debate, esta vez,en la cámara alta de Suecia. Cerrado un ciclo, sin descanso pero con aviso, cambiaron los objetivos y el mensaje, pero no las formas. “Guerra directa contra el infiel”, empezando por “los infieles más infieles”: aquellos que viven en territorio de mayoría islamista pero que profesan otra religión. Y al enemigo, lo están cazando en la época más pacífica del catolicismo: la Navidad. La noche del 24 de diciembre se abrió la veda en Filipinas. Desde entonces la iglesia copta de Nigeria, Iraq y Egipto han restado fieles y sumado muertos.La última locura terrorista del islamismo radical ha ocurrido en Alejandría: 21 muertos. Todos ellos, fieles de la iglesia copta que se encontraban celebrando la misa de Nochebuena. Lejos de ser un punto y aparte, el objetivo es seguir instaurando el miedo a través de lo que los estudiosos de los conflictos armados llaman “guerra desleal”.
La guinda al pastel la quieren colocar en Europa. Y se le acaban los días. La fecha señalada: la epifanía católica. Los objetivos 150 comunidades de coptos repartidas por Europa . Así lo señala la lista negra interceptada en una redada en Austria, y que ha puesto en marcha el aparato de seguridad estatal en gran parte del viejo continente.
La Francia católica se debate hoy entre la felicidad de la fecha y la inquietud de un posible ataque. Al menos 19 iglesias coptas han fortalecido su sistema de seguridad, sobre todo, de cara al 7 de enero, cuando esta escisión cristiana celebra la Navidad. También Alemania, donde la Oficina Federal de Investigaciones Criminales ha notificado a las autoridades germanas la existencia de una amenaza real en el país. Junto a los dos motores del viejo continente, también Reino Unido, Austria e Italia han establecido la alarma terrorista.
Nadie quiere una navidad sangrienta. Nadie excepto estos terroristas que siguen animando a ”volar las iglesias durante la celebración de la Navidad” porque “es la fecha en la que están más llenas”. Es un llamamiento al mundo islámico presente en Europa. Motivado (por si no fuera suficiente el paraíso) con nociones básicas para la fabricación de artefactos explosivos caseros. La búsqueda eterna del héroe. Y es que el Islam busca reescribir el pasaje de la Epifanía, darle un nuevo y trágico sentido a la llegada de los Reyes Magos de Oriente.