Revista Opinión

Guerra de civilizaciones

Publicado el 30 junio 2015 por Franky
Guerra de civilizaciones Algunos se han escandalizado porque el Primer ministro francés, Manuel Valls, se ha referido a las agresiones del terrorismo islamista en Occidente con la frase "Guerra de civilizaciones", una expresión hasta ahora tabú y políticamente incorrecta que contradice las tesis del "buenismo" y del "progresismo" rancio. Sin embargo, Valls tiene razón y su frase en la apropiada para empezar a afrontar lo que es una guerra despiadada entre dos concepciones opuestas de la vida, del mundo y de la Historia.

Lo correcto, lo defendido hasta ahora por la cobardía occidental, es que el Islám es una "religión de paz" y que los asesinos y terroristas islamistas son una especie de cáncer interno, también repudiado en el mundo musulmán, una tesis que hace aguas por todas partes porque la mayoría de los países musulmanes apoyan, directa o indirectamente, el terrorismo que azota a Occidente o, como ocurre con Arabia Saudí y otros países ricos petroleros, financian la expansión del Islam empujando la emigración a Europa y financiando la construcción de mezquitas y madrasas.

Por fortuna, la conciencia de que libramos una guerra contra el islam radical ya avanza y en los ambientes menos cobardes se toman medidas. Túnez acaba de cerrar ochenta mezquitas desde las que se cultivaba el radicalismo y la violencia. Noruega ha prohibido a Arabia Saudí financiar mezquitas en suelo noruego hasta que no permita construir templos cristianos en su suelo. Los servicios secretos de Estados Unidos tienen ya una base de datos con millones de musulmanes radicales fichados en todo el mundo. Algunos países, abrumados por una inmigración musulmana donde abundan los elementos arrogantes, decididos a no integrarse, exigentes, belicosos, conflictivos, delictivos y aspirantes a yihadistas, hasta se plantean ya la expulsión masiva.

Pero los gobernantes mas cobardes y estúpidos, como los españoles, siguen concediendo todo tipo de ayudas a los inmigrantes musulmanes, a pesar de que muchos de ellos no se integran, son arrogantes y delinquen con insultante descaro. En muchos casos, la estupidez se torna suicida y llega hasta otorgar subvenciones públicas, pagadas con el dinero de los impuestos, para abrir mezquitas y escuelas coránicas que a veces funcionan como semilleros del yihadismo mas cruel.

Lo peor del radicalismo islamista no es que esté asesinando, de manera cruel y macabra, a miles de personas en las zonas que domina, muchos de ellos sin otra culpa que ser cristianos, sino que el terrorismo islamista se mueve siguiendo las pautas de una guerra total y sin cuartel, cuyo objetivo es conquistar el mundo, después de haber asesinado a todo el que no se someta a Alá y a la dictadura macabra de los predicadores del radicalismo y el odio.

Ante realidades tan preocupantes como que estamos perdiendo esa guerra y que la cultura europea se debilita y retrocede, agredida por el islamismo y sin que sea defendida por muchos de nuestros gobernantes, cobardes y pusilánimes, la única solución, como en todo conflicto, consiste en perder el miedo y plantar cara al enemigo. La primera batalla la ganara nuestra cultura en peligro cuando asumamos todos, con plenitud, que estamos librando una auténtica Guerra de civilizaciones.


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