Casado, llorando ante las cámaras.Sentada ante despachos de la Dirección de Informativos de TVE en protesta por las destituciones.
“Lo que se está viviendo en los servicios informativos de TVE es un ambiente hasta ahora desconocido… esta fuerza y la unión de ‘respuesta’ a los intentos de manejo por parte de la dirección no la habíamos vivido nunca antes”. Así se expresan los redactores más antiguos de TVE ante la guerra abierta que intenta imponer José Antonio Álvarez Gundín, nuevo director de los Servicos Informativos de TVE desde hace más de un mes, en un ambiente de amenazas. Gundín llegó con el encargo de ‘domar’ a una redacción que no ha aceptado callarse ante la manipulación de los tiempos de Samoano y acabó bajando la cabeza. Una pequeña batalla dentro de una guerra mucho más extendida, que es la que realmente preocupa a la dirección de TVE que ha diseñado que la radiotelevisión pública sea una pieza clave en ayudar al PP de cara a las muchas elecciones que habrá en 2015.
La semana pasada fue María Casado quien dijo basta. La propia presentadora de Los Desayunos de TVE decidió pedir su salida del programa de actualidad de TVE, harta de las presiones a las que se está viendo sometida por parte de la nueva dirección de informativos. La gota que colmó el vaso fue el cese del director de Los Desayunos de TVE, Ignacio García Mostazo. La periodista no pudo más, y así quedó reflejado cuando, el pasado 18 de noviembre, rompía a llorar en directo tras un altercado con Curri Valenzuela. En un posterior mensaje en Twitter, negó que Mostazo le hubiera gritado -que no abroncado-, pero no contaba los motivos de sus lágrimas. Este 'abandono' obligó a la dirección de informativos a buscar un nombre para Los Desayunos de TVE. La Vanguardia publicaba este lunes que el rostro elegido sería el de Ana Blanco, como así ha podido confirmar este portal. Pero, al igual que Casado, Blanco también mostró su hartazgo ante las presiones diarias. No obstante, la periodista bilbaína estaría meditando este cambio.
Pero el momento álgido se produjo el pasado viernes, cuando los redactores realizaron una sentada ante los despachos de los directivos en protesta por un intento de cambiar a dos jefes de área y a tres adjuntos. Esa tarde Gundín pidió explicaciones y solicitó que se llamara a la seguridad para que actuara. Desde entonces, el pulso entre José Antonio Álvarez Gundín y su ‘banda’, que intentan recuperar el control absoluto sobre la organización y los contenidos de los telediarios, no ha cesado. A lo largo de la semana pasada Gundín estuvo manteniendo reuniones con las diferentes áreas (empezó con nacional) en las que se intercalan amenazas sutiles con la excusa de buscar ”subir las audiencias de los telediarios y recuperar el liderazgo”. No obstante, la redacción se niega a creerles. “Ha sido, justamente, la pérdida de credibilidad la que nos ha traído aquí –se lamenta ésta–, y cuando ves que Gundín te habla rodeado de José Gilgado, la mano derecha de Somoano, y todo el equipo base de Urdaci, no puedes por menos que mirarles con desconfianza, por ponerlo suave… Lo que le costó el cargo a Somoano fue que la redacción entera protestara por la manipulación con la que se dio la noticia de la dimisión de Leopoldo González-Echeniquecomo presidente de RTVE… y ahora se encuentran con que les hacemos una sentada y nos negamos a aceptar sus cambios en el organigrama”.
Desde que cesara a los dos jefes de área (sociedad y cultura) y tres adjuntos (los de nacional y economía), Gundín se ha encontrado con la dimisión de la propia jefa de economía y de ocho adjuntos de área… “Está rabiosísimo…Y más, teniendo en cuenta su tono desafiante y bravucón. Que la gente no le obedezca le desespera” –se lamentan los periodistas televisivos. Indira García, la editora contratada a dedo para el informativo de la mañana, tuvo que ser despedida por temas legales internos de TVE. Gundín pretendió sustituirla por el editor de Los Desayunos, Nacho García Mostazo… Y entonces se encontró con el pulso de María Casado, que le dijo que si hacía ese cambio presentaba su dimisión.