Guerra vs. Monedero

El exvicepresidente del Gobierno era entrevistado debido a un artículo publicado en el último número de la revista Tiempo, en el que señala que la política económica que aplican las instituciones europeas y los Estados miembros de la UE ha provocado que los “neofascismos” y los “neocomunismos” hayan “renacido de sus cenizas”. En su réplica, Monedero no hacía otra cosa que referirse a Podemos, hasta que el ex secretario general del PSOE estalló: “¡Pero qué obsesión! Que yo no estoy hablando de Podemos. ¡Están ustedes locos!”.

Fue comentada hasta la saciedad, la intervención telefónica de Dª Esperanza con el Sr. Iglesias, que estaba más preparado para la réplica que una mujer que pareció reaccionar excepcionalmente, más con el corazón que con la cabeza, pero el Sr. Guerra, D. Alfonso, a España no la va a conocer ni la madre que la parió, es más duro de roer que la expresidenta madrileña. Efectivamente, nunca se refirió a Podemos, pero el Sr. Monedero se excedió con el autobombo y cayó con todo el equipo. Es cierto el crecimiento de la extrema derecha y de la extrema izquierda en diferentes países, véase el caso de Francia Grecia y ahora, España, del mismo modo que lo es igualmente el dicho de que los extremos se tocan y que la demagogia de la derecha es bastante parecida a la de la izquierda. El buenismo político es peligroso y nos acerca al mundo feliz de Huxley, del que escaparía, como siempre, la casta contra la que lucha el Sr. Monedero pero a la que él mismo y el Sr. Iglesias habrían de verse visto abocados a pertenecer en caso de que su formación adquiriese, a través de las urnas, responsabilidades de gobierno.

Comentábamos en este mismo espacio, que la limpieza de ciertas formaciones políticas es más debida a la falta de poder que a la naturaleza humana de algunos conspicuos de las mismas, no vamos a afirmar que todo el mundo es corrupto, pero la naturaleza humana es bastante proclive al egoísmo, dentro o fuera del marco legal, y sobre todo si se acompaña de una impunidad bastante extendida por estos pagos. D. Alfonso Guerra lleva en su piel cuatro décadas en la política activa, habiendo superado las arenas movedizas de los GAL, Filesa, Roldanes y crisis internas de un PSOE en caída libre a día de hoy. Juan Carlos Monedero se creyó demasiado importante cuando nadie había mentado a su formación y es que Alfonso todavía da mucha guerra.