Guerrero y el Estado de México

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Guerrero estrena gobernador, a pesar de ser nuevamente  un gobierno perredista, otra vez  las circunstancias llevan al poder a un hombre cuya ideología no es de izquierda y, posiblemente nunca lo será; el PRD presionará  por su afiliación en un intento por comprometerlo con las causas políticas del perredismo.El Guerrero que recibe Ángel Aguirre Rivero no es nada halagüeño en su futuro inmediato: La violencia, la impunidad, la corrupción, el crimen organizado, la impartición de justicia, la pobreza, la marginación  y etcétera, etcétera en una larga lista sin fin de indicadores y fenómenos sociales que no sólo frenan el crecimiento del  Estado, sino que lo colocan  en franco retroceso.La mayoría de los políticos guerrerenses, como la gran mayoría de cualquier lado de la república mexicana, pelean sus particulares guerras, que nada tienen que ver con el bienestar ciudadano o el desarrollo social, más bien son luchas, en pro de sus intereses;  son encarnizadas y sus efectos redundan en el círculo vicioso de mafias políticas, corruptelas y menoscabo del erario público.El nuevo flamante gobernador tendrá que vérselas con un Estado muy diferente al que gobernó en la década de los noventa. En aquellos maravillosos noventa, la empresa más rentable del mundo todavía no existía, nos referimos a Google, las redes sociales apenas bailoteaban en la imaginación de un estudiante de las prestigiadas universidades estadounidense, el crimen organizado huía de  las corporaciones policíacas antes que enfrentarlas y el PAN, aún no tenía ocasión de desgobernar el país; en suma, como lo mencioné en un artículo anterior; Ángel Aguirre Rivero, tendrá que guardar sus alitas y aureola y armarse de una espada flamígera semejante a la que usó San Miguel para derrotar al mismo diablo.Los guerrerenses, en especial las mujeres y la clase más desprotegida, están ilusionadas con la llegada del nuevo gobierno, algunos hasta sueñan con los beneficios de la “cumplidora”, la imaginación popular le ha atribuido la propiedad mágica de paliar la pobreza y el hambre. Sin duda el sello que se imprimirá en la forma de gobernar del nuevo gobierno tendrá una característica más generosa, nada que ver con el sello zeferinista, que amaba a los pobres guerrerenses, siempre y cuando no tuviera que respirar el agrio olor del pueblo.Si en Guerrero culminaba una larga batalla, en el Estado de México, a  pesar de que los resultados de la consulta ciudadana  favorecieron la alianza PAN-PRD, esta se derrumba estrepitosamente, precisamente en el momento y en el lugar donde convergen los intereses de la gran guerra política; propinar a Enrique Peña Nieto un golpe tan doloroso como una derrota en su propia casa, es el sueño de la más alta autoridad panista.

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Al parecer  López Obrador casi se sale  con la suya, se ha manifestado en contra de las alianzas a  conveniencia de sus intereses puestos en la candidatura del 2012, apoyándolas  en Oaxaca  en la figura de su amigo  Gabino Cue y desaprobándola a ultranza a en el Estado de México; el más claro,  ilustre  y mejor posicionado personaje de izquierda ha declarado que no será candidato de la alianza PAN-PRD en el Estado de México, a pesar de que se lo propusiera el PAN y, a decir de López  Obrador,  se lo propusiera el mismísimo presidente de la República Felipe Calderón; nos referimos a Alejandro Encina a, quien, el mismo Marcelo Ebrard, también promotor de las alianzas, no tuvo más remedio  que apoyarlo en su decisión de no ser candidato del PAN.Y para sumarle ingredientes  al caldo político, la secretaria general del PAN, Cecilia Romero, declara que Felipe Calderón les ha pedido insistir en  lo de la alianza PAN y PRD en el Estado de México, cosa que inmediatamente desmintió el Secretario Particular del Presidente, Roberto Gil Zuarth; ante ello el PRI ha solicitado que el presidente de la República saque las manos de la elección.Enrique Peña Nieto, en base a las reglas fácticas de siempre y, que tan buenos resultado han dado  al PRI, cuando se elige al hombre con mayores oportunidades de triunfo, eligió a Eruviel Ávila como precandidato único  del Estado de México, sacrificando a Alfredo del Mazo Maza y a su mejor amigo, Luis Videgaray, en pos de la unidad y a sabiendas de  que los aliancista buscarían el menor resquicio para fracturar al priismo mexiquense. El hilo se rompe por lo más delgado, como ocurrió en Guerrero y arguyendo esta premisa y experiencia ganada a punta de estados perdidos, Peña Nieto decide reafirmar su liderazgo y poder optando por una elección salomónica. Sus más cercanos colaboradores y aspirantes, difícilmente traicionarían, a quien, hasta la fecha, es el más probable futuro presidente de México. Eruviel Ávila no pertenece al grupo de Atlacomulco, vertedero de gobernantes mexiquenses, ha ganado cuatro elecciones: dos diputaciones y dos presidencias municipales en Ecatepec, gobernado el municipio más grande y más poblado de América Latina, a su vez preside a los presidentes de los municipios gobernados por priistas; es de suponer, que ante tanto blasón sería tentado de no resultar elegido, el riesgo de la tentación estaba presente, las alianzas, particularmente han ganado con priistas resentidos y el peligro de la respuesta a esta tentación eran impensables para un pragmático peña Nieto con la visión puesta en el 2012.

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