¡¡Hola!! ¿Qué tal? Antes de nada me voy a presentar, ya que hoy no os escribe Bella. Yo me llamo Cristina, soy una chica del sur de España y soy la persona que está detrás de Repartiendo Piruletas. ¿Y cómo que hoy no escribe Bella?, pues porque ambas participamos en un intercambio de post, llamado Guest Blogging, en el que hacemos un intercambio de post, cada mes, con un blog diferente. Podéis ver el post de Bella haciendo click aquí. Y, sin más, os dejo con la entrada que he preparado para esta ocasión.
Desde que supe que, este mes de marzo, me tocaba escribir para Bella, una chica de otro país, otro hemisferio, allí otoño, aquí primavera… me volví loca sin saber sobre qué escribir. Una vez más, mi chico (que tiene mucha culpa de que mi blog exista), me dio un par de ideas y, al final, decidí escribir una entrada sobre la comida argentina. Así que nos fuimos a comer a un asador argentino aquí en Sevilla. El asador que elegimos fue Milonga’s. Antes de aventurarnos, me puse en contacto con Bella y me recomendó algunas cosas, así que ya sabíamos más o menos lo que íbamos a pedir. (Lo siento, guapa, pero ¡no fuimos capaces de pedir las entrañas!).
Nada más entrar nos atendió un camarero muy agradable, nos acompañó a la mesa y rápidamente nos trajo la carta. Mientras decidíamos qué comer, pedimos las bebidas y, para acompañar, nos trajo un paté de berenjena. Llamaba mucho la atención su aspecto, pero tenía un sabor avinagrado que no nos gustó mucho (¡y eso que soy fan de la berenjena!).
Como entrantes, pedimos:
- Empanada criolla, rellena de carne, cebolla, aceitunas y huevo, estaba exquisita. La mezcla de sabor de la carne con las aceitunas fue todo un descubrimiento. Además, eran muy jugosas.
- Queso provolone especial, hecho a la parrilla con salsa de tomate, albahaca y jamón york. Dos amantes del queso no podíamos no pedirlo.
Como plato fuerte, pedimos una parrilla de carne, compuesta de pechuga de pollo, costillas de cerdo, solomillo de ternera, chorizo criollo y morcilla. Las costillas nos las sirvieron bastante secas, pero lo demás era ambrosía pura.
Entre la parrillada de carne y el postre, nos obsequiaron con un par de chupitos de vodka caramelizado… ¡la verdad que nos vino genial para bajar la comida un poco!
De postre, nos decidimos por una tarta de queso con mermelada de frambuesa. Sí, no es muy argentino, pero acabamos muy llenos y no nos entraba otra cosa. Eso sí, una de las mejores tartas de queso que he probado en mi vida.
Hay dos contras que le encuentro:
- Tanto las empanadas como el provolone tenían aceite en exceso (no sé si la comida argentina es así o es que en este asador lo sirven así).
- El precio. Nos pareció un precio elevado para la cantidad de comida que nos sirvieron. Sí, los platos eran grandes, pero también eran de precio elevado.
Después de esta comilona, ¡no sé cómo he podido pasar mis casi 29 años sin salir a comer a un restaurante argentino! A partir de ahora lo haré más a menudo, prometido.
Espero que os guste esta entrada, sobre todo a las personas argentinas que la leáis, porque la he preparado con mucho cariño y respeto hacia la gastronomía de vuestro país.
¿Me recomendáis otros platos y/o postres típicos de Argentina? ¿Alguno que se pueda hacer en casa y pueda sorprender a mi familia y amigos?
Muchas gracias a Bella por la oportunidad de poder escribir para su blog. ¡Os espero en Repartiendo Piruletas!