La sabiduría de Dios es mi guía.
El tomar decisiones grandes, tales como comprar una casa, cambiar de trabajo o mudarme a una nueva ciudad requieren acciones específicas. Tal vez necesite la ayuda de un experto o deba indagar al respecto. Mas, también tomo el paso más importante: busco la guía divina uniéndome a Dios en oración y meditación.
Las respuesta que recibo al pasar unos momentos en silencio pueden sorprenderme. Tal vez cambie de opinión o evalúe mis planes desde un nuevo ángulo. Reconozco y acojo la guía divina ya que ésta surge del amor y la sabiduría.
Al permanecer a tono con Dios, tomo decisiones que me llevan a mi mayor bien, y prosigo con confianza.
Y me dijo el ángel de Dios en sueños: “Jacob”. Y yo respondí: “Aquí estoy”.—Génesis 31:11
Fuente: Foro Semillas de Luz