Revista Viajes

Guía alternativa de Estambul

Por Mundoturistico

Una de las cosas que más gusta al viajero de Estambul es sin duda ese exotismo que despliega, aunque no deje de resultar cercano –parte del país está en Europa, al fin y al cabo-. Una cultura diferente, un fervor religioso bastante palpable y ese paisaje de mezquitas que se dibuja en el horizonte hacen que el conjunto nos atraiga; nos seduzca; nos sorprenda; nos cautive. No obstante, debido al notable desarrollo económico del país y sobre todo, al gran impulso del Dios turismo, en determinadas zonas de la ciudad, los rasgos más tradicionales del país quedan relegados a un segundo plano. Es algo que sucede en casi todos los lugares del mundo. Por eso, en este post intentaré apuntar algunos barrios, lugares y planes que no son tan turísticos y que resultarán, yo creo, más auténticos. Además de poder disfrutarse, en casi todos los casos, en la casi nula compañía de otros viajeros.

Este artículo no es una guía alternativa de Estambul pormenorizada, sino basada en mi experiencia en la ciudad, que se circunscribe a cinco días. Evidentemente mi conocimiento de la urbe es limitado y tan solo cito algunos lugares que creo que merecen la pena, más allá de los más conocidos.

Fatih: El corazón del Estambul otomano

El distrito de Fatih es una zona que incluye entre otros al conocido barrio de Eminönü. No obstante, más allá de la Mezquita de Soulimaniye –también visita imprescindible y no tan masificada como su belleza debiera corresponder-, comienza a respirarse el día a día de la zona más tradicional, donde el turismo de masas comienza a desaparecer y se encuentran varios lugares que antaño acogían la más ferviente vida de la ciudad y de la que aún hoy, queda un importante ajetreo.

Lo que se puede considerar la parte más auténtica se despliega más allá del acueducto Valente y constituye la parte más antigua del Estambul otomano; la urbe conquistada por Mehmed II ‘El Conquistador’ (de hecho, Fatih responde a ese significado). Con un ritmo de vida tranquilo, los niños saliendo del colegio y la vida en torno a sus principales mezquitas, esta zona se convierte en un agradable paseo; quizás no el más bonito, pero con el encanto propio de conocer la rutina del lugar.

AcueductoValente

Antes de llegar a este punto, visitamos la mezquita de Shezade, donde ya apenas nadie es turista y los lugareños rezan apaciblemente. Más adelante, la calle principal, Fevzi Pasa Caddesi, antaño la más importante de todas, hoy es especialmente llamativa por la gran cantidad de tiendas de vestidos de novia que no siempre son por ello bonitos. Es la referencia absoluta, eso sí, de este paseo. Un poco después, nos desviamos para visitar la Mezquita de Fatih, que por sus dimensiones y su uso y características es un complejo imponente y lleno de vida: De hecho, fue el primer seminario islámico construido dentro de las murallas de la ciudad. Lo visitamos horas antes del rezo y sentimos la importancia de este lugar de culto a través sus ciudadanos, que esperan en los bancos que hay situados fuera o revolotean en grandes grupos por la zona.

mezquita

Por último, nos acercamos a la mezquita Hirka-i Serif, en esos momentos en rehabilitación pero abierta, ya que durante el mes de Ramadán, se expone allí una de las túnicas atribuidas a Mahoma, con lo que el clamor popular para entrar es importante. Este momento constituyó uno de los momentos más especiales del viaje, pues pudimos junto a las lugareñas –eso sí, todo mujeres- y observar, en primera instancia, la expectante visita de los fieles a tan preciado bien.

HIrka

Balat y Fener: barrios griego y judío en Estambul

Balat y Fener son dos barrios también donde apenas hay presencia turística. Residencia de las comunidades griegas y judía, se asientan entre calles estrechas, algún graffiti y finalmente, el paseo que vuelve a dar al mar. No reparamos mucho en ellos, pues llegamos justo para la hora de comer y decidimos irnos, pero es otra referencia para lugares menos frecuentados de la urbe, además de una zona colorida y auténtica.

fener

Barrio de Eyüp: Continuando en el Estambul tradicional

Si bien el siguiente barrio para visitar en nuestro recorrido por la ciudad podría haber sido Eyüp por situación, lo dejamos para el tercer día y fuimos en autobús (99E desde Eminönu). Acompañados por los lugareños y sin rastro de otros viajeros, nos dispusimos a entrar en otros de los territorios del “otro Estambul”. Al momento de llegar, ya fue toda una sorpresa. Bastante colorido y con casas preciosas de fachadas de madera, Eyüp tiene un ajetreo propio de los barrios más rebosantes de vida de las ciudades. Entre puestos de diferentes cosas y la multitud, fuimos empapándonos poco a poco de su embrujo.

EyupVida

Este enclave, más allá de Fatih, es también un símbolo desde el punto de vista religioso ya desde que el Imperio Otomano conquistara de la ciudad, aunque en este caso más allá de las murallas de Constantinopla. La referencia más importante, la mezquita de Eyüp Sultan, fue construida exactamente en el lugar donde el mencionado Eyüp Sultan –mano derecha del profeta Mahoma- cayó en un ataque a Constantinopla, allá por el año 670. Actualmente, esta mezquita está siempre abarrotada de fieles que buscan visitar la tumba del mismo y varias pertenencias atribuidas a Mahoma.

Mezquita de Eyup

Mezquita de Eyup

Este carácter sagrado del principal monumento de la zona dio también una importancia mayor al cementerio que descansa sobre el monte contiguo: creció tanto que ahora está prácticamente poblado de tumbas. En lo alto, el viajero puede también –además de dar un paseo entre tumbas – visitar el Café Pierre Loti, un local barato para tomarse un té (cerveza no tienen, por ejemplo) con una de las mejores vistas de la urbe.

Café Pierre Loti

Café Pierre Loti

Más allá del Bósforo: Barrio de Üsküdar

Si la zona europea es la más visitada del Cuerno de Oro, no está de más embarcarse en un ferry para conocer la zona asiática de Estambul. Puedes aprovechar si visitas Ortaköy para partir desde esta zona (en Kabatas) o tomar un pequeño trayecto desde Eminönu. Así podrás tomar la perspectiva de la ciudad desde el mar y disfrutar de una de las zonas más animadas y auténticas también de la urbe.

El día en que me encaminé para conocer la parte asiática era domingo. Por eso, mi relato será algo diferente del que otros viajeros puedan ofreceros. Yo, dado que viajé un día de fiesta, apenas vi ese fulgor que se presupone a esta zona. Ni mercados, ni gente, ni ajetreo. Lo aprecié, no obstante, en torno a –cómo no- sus mezquitas y el puerto, un amplio paseo del que zarpan multitud de barcos y con zonas verdes y animadas donde los turcos descansan y pasan ratos en compañía de los suyos.

La primera parada que realicé fue en la mezquita de Mihrimah Sultan, mandada construir por Solimán el Magnífico al archiconocido en Estambul Mimar Sinan, del que hay una placa en la parte exterior, que nos recuerda que no estamos en una mezquita más. Se dice que el arquitecto estaba enamorado de la hija del sultán y que construyó otra mezquita para ella en secreto, aunque lejos de estos muros. La siguiente parada es la mezquita Yeni Valide, que llama mi atención por las tonalidades de su interior, en un color marrón oscuro muy diferente de otros centros religiosos de la ciudad.

Mezquita de Mihrimah Sultan

Mezquita de Mihrimah Sultan

Interior de la Mezquita Yeni Valide

Interior de la Mezquita Yeni Valide

Aunque no parecía haber mucha vida durante ese día, no obstante, me encaminé a cruzar Üsküdar y hacerme con una impresión propia. Descubrí un barrio de una ciudad vacía, pero a medida que bajaba al puerto, aprecié, también, casas con fachada de madera que apuntaban que esta zona no era tan humilde como esperaba. Muy coqueta, eso sí.

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Llegué así hasta la zona donde cada día, viajeros y lugareños despiden el día con té en mano: ya en el barrio de Kadikoy, a la altura de la famosa torre Leandro, que asoma en el mar. A pesar de ser domingo, como digo, en esta zona el ambiente está a rebosar; familias, parejas y amigos disfrutar del mar; brújula también de esta adorable ciudad.

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Siguiendo el camino, llegué a la mezquita Şemsi Pasha, que se observa desde el mar y tiene un emplazamiento que la hace especial. Aunque su interior es muy reducido, un simpático hombre que intentó en su idioma explicarme las cosas básicas del centro religioso y de la ciudad, hizo que me resultara una mezquita muy agradable.

Mezquita Şemsi Pasha

Mezquita Şemsi Pasha

Como ya había estado en esta zona otro día para ver el atardecer, os recomiendo visitarla al caer la tarde. No solo por el acontecimiento de despedir el sol sobre alfombras de cuño local, momento del que llevaba tantas expectativas que a decir verdad casi me decepcionó, sino porque se crea en torno al paseo marítimo una mezcla de varios ambientes que resulta a todas luces genial. Los pescadores, que siguen intentando su objetivo hasta caído el día; lugareños, disfrutando del lugar; y turistas, comiendo en los animados restaurantes de la zona conforman una imagen y un momento de esos que te gustaría retener… aunque duren poco.

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De camino a Ortaköy

Dudé de si incluir la zona de Ortaköy dentro de esta guía alternativa para conocer Estambul. Por si no la contemplabais, la incluyo. No obstante, hay diferentes formas de llegar y os vengo a recomendar que lo hagáis en transporte público. Para ello, podéis tomar el autobús 27S de Kabatas hasta Ortaköy, o hasta Besiktas y andar otro tramo para llegar al destino.

Con todo ello, el camino es algo largo y os permitirá conocer el paseo marítimo que lleva hasta aquellos lares y disfrutar así de una zona tranquila y no menos interesante que el resto de Estambul. El primer tramo, desde Karaköy hasta Kabatas, tiene unas buenas vistas al mar y varios bares donde tomarse algo.

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Nosotras no paramos, pero tampoco hubiera estado de más. Otra visita que está de camino es Palacio de Dolmabahçe, pero que rehusamos, ya que ni siquiera habíamos entrado al palacio de Topkapi; ya que preferíamos otro tipo de turismo, pero que puede ser una visita interesante. También el barrio de Besiktas, que se veía mucho más occidental que otras partes de la ciudad, puede ser una buena parada para observar el día a día de Estambul.

Mezquita de Ortakoy

Mezquita de Ortakoy

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Tras una segunda caminata, llegamos a la zona de Ortaköy, animada y entrañable, haciendo vida en torno a una plaza llena de palomas y la preciosa mezquita de Mecidiye, que es una gozada para la vista. Tras hacernos una idea de la zona –llena también de restaurantes y puestos de artesanía-, entramos en el centro religioso, decorado con unos alegres tonos pastel y comimos en la zona. Un lugar cargado de belleza y vida tranquila; imprescindible.


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