«Combinando fuentes originales, anécdotas y humor, Bale logra un equilibrio entre erudición y amenidad. Es un ensayo histórico que se lee como una crónica de viajes literaria.»
En un gesto tan ambicioso como seductor, Anthony Bale propone un recorrido singular por la Europa medieval —y más allá— a través de la lente de los viajeros, peregrinos, diplomáticos y comerciantes de la época. Su obra Guía de viajes por la Edad Media. El mundo visto por los viajeros medievales se presenta como una “guía de viajes” al pasado, pero pronto queda claro que lo que se ofrece es algo más rico: una exploración de cómo se concebía el mundo entonces, de los riesgos, las maravillas, los temores y las curiosidades que el camino levantaba.
Pero como el mismo autor nos confirma en el Prólogo, «no pretende ofrecer un itinerario completo del mundo medieval. Podríamos haber partido hacia otros destinos —a Compostela, Salamanca y Toledo, Nóvgorod y Samarcanda, Zanzíbar y el Gran Zinbabue—, pero uno siempre tiene que elegir una ruta. En las siguientes páginas, y como solía ocurrir, una peregrinación a Roma y Jerusalén dará paso a un viaje lleno de curiosidad y exploración. Les invito a recorrer espacios y lugares a través de los escritos de estos viajeros, que perturban y amplían al mismo tiempo nuestras nociones de humanidad, experiencia y conocimiento.»
El enfoque del libro es doble. Por un lado, Bale reconstruye la experiencia de viajar en el Medievo: los preparativos, los peligros, las expectativas. Como muestra en los capítulos, se dan consejos medievales (llevar bastón y bolsa, sellar testamento antes del trayecto…), mezclados con fantasías exuberantes —árboles que dan corderos, cofres voladores, viajeros que llegan a la China mongola o al África “exótica”—. Escribir sobre viajes en la Edad Media traspasa los géneros: hay autobiografía, naturalismo, enciclopedismo, confesión, historia, diario, etnografía y mucho más.
Por otro lado, Bale extiende el mapa habitual más allá de lo estrictamente europeo: desde Roma a Tabriz, desde Jerusalén a la corte del gran Kan, traza rutas de comercio, peregrinación y curiosidad que desestabilizan la imagen del Medievo como una época encerrada y estática.
El autor amplía el horizonte medieval incluyendo rutas hacia Asia y África, y voces no europeas. El resultado es un Medievo global e interconectado, muy distinto del cliché eurocéntrico.
La estructura del libro acompaña este deseo de itinerario: cada capítulo se abre con un título sugerente (“Un paseo por Constantinopla”, “Por las rutas de la seda”, etc.) y mezcla narraciones, fuentes originales, consejos de “turista medieval” e ilustraciones de ese mundo desorientado y fascinante. En ese sentido, Bale consigue que el lector contemporáneo sienta en parte el vértigo del viaje: la incomodidad, la extrañeza, la extrañeza de lo desconocido.
¿Y que podemos destacar del libro?
- La amplitud geográfica y cultural: Bale incorpora fuentes menos habituales —por ejemplo, viajeros que iban hacia el Este o que venían de mundos no europeos—, lo cual enriquece y desafía la visión eurocéntrica del Medievo.
- La combinación de rigor académico con un tono accesible: el autor no sacrifica erudición por entretenimiento, pero tampoco se queda en un tono árido. Las anécdotas, los “tips” medievales, los nombres curiosos —todo ello hacen que la lectura gane en dinamismo. Por ejemplo, la librería de viajes medievales se convierte en un campo abierto de mitos, realidades, supersticiones.
- La invitación a repensar lo medieval como tiempo de movilidades: el cliché de “el campesino atado a la tierra” queda fuera de foco cuando se muestran mercaderes asiáticos, diplomáticos mongoles, peregrinos ingleses que arriesgan mucho más de lo que a veces se imagina.
En resumen: Guía de viajes por la Edad Media es un libro estimulante, ambicioso y accesible que invita tanto al aficionado a la historia medieval como al lector curioso que quizá nunca había considerado al Medievo como un mundo de aventuras, migraciones y enfrentamientos culturales. Bale actúa como un guía —a veces mordaz, a veces divertido, pero siempre informado— que nos coloca en los zapatos del viajero medieval y nos obliga a mirar el mundo antiguo con ojos nuevos.
Personalmente, considero que el mayor éxito del libro es hacer que el Medievo deje de sentirse tan lejano y tranquilo, para ser un escenario en movimiento, lleno de incertidumbre, riesgo y asombro.
El autor:
Anthony Bale es catedrático de Literatura Medieval y del Renacimiento en la Universidad de Cambridge y miembro del profesorado en Girton College, Cambridge. Ha sido presidente de la New Chaucer Society. Es autor de Margery Kempe: A Mixed Life y Guía de viajes por la Edad Media. Fue galardonado con el Premio Philip Leverhulme (2011) y actualmente disfruta de una Beca de Investigación Mayor Leverhulme (2023-2026). Ha sido investigador invitado en instituciones como la Universidad de Harvard, la Biblioteca Huntington y la Universidad de Melbourne.
Como complemento pongo un vídeo en inglés titulado Anthony Bale – Medieval propaganda.
Para saber más:
https://www.english.cam.ac.uk/people/Anthony.Bale
https://en.wikipedia.org/wiki/Anthony_Bale
