De acuerdo con un estudio realizado por la Sociedad Americana del Cáncer (ACS), quienes padecen de Cáncer y sus sobrevivientes están muy interesados en mejorar su dieta y actividad física. En atención a esta necesidad, la ACS reunió a su mejor equipo para armar un plan nutricional que se resume a continuación.
Se asocia el cáncer con la pérdida de peso en las fases tardías, así como nauseas y vómitos durante el tratamiento. Dado que cada vez se hacen diagnósticos más tempranos, también se están presentando problemas de sobrepeso por cambios en el sabor y olor; también alteraciones metabólicas y psicológicas como ansiedad, depresión, anorexia.
Consumir suficientes calorías para prevenir la pérdida de peso es vital para los sobrevivientes, aquellos que reciben tratamiento relacionados con el tracto digestivo y en general para todo aquel que se somete a quimioterapia y radioterapia. Una buena dieta previene la pérdida de masa muscular, minimiza los efectos nutricionales colaterales y mejora la calidad de vida. Lo primero que se recomienda es localizar a un nutricionista, mucho mejor si tiene especialización en nutrición oncológica. El especialista dará un tratamiento personalizado; en especial en casos de anorexia se pedirá ingerir líquidos entre las comidas, para evitar la deshidratación.
Para aquellos que no logren alcanzar sus requerimientos vitamínicos diarios, el nutricionista podrá sugerir merengadas fortificantes caseras o comerciales, estimulantes del apetito o nutrición intravenosa de ser necesario. En medidas generales se recomienda consumir alimentos poco densos como el agua, vegetales y frutas. También se limita la ingesta de comidas y bebidas altas en grasas y con azúcar añadida. Para aquellos sobrevivientes que tengan sobrepeso se prescribe un programa de pérdida de peso o incluso cirugía de ser requerido. Una manera de saber el peso ideal es guiarse por las tablas que manejan el índice de masa muscular y peso. Lo más importante no es ceñirse a una dieta específica de alimentos sino un patrón de dieta rico en frutas, vegetales, granos, aves y pescado.
El buen consumo de nutrientes reduce las posibilidades de mortandad en personas que tuvieron cáncer. Quienes tuvieron cáncer de mamas y consumieron cinco porciones de vegetales y frutas al día, acompañado de ejercicio diario, tuvieron un alto índice de supervivencia; en cambio, se observó bastante reincidencia en quienes tuvieron cáncer colorectal y su dieta se basó en carne roja y procesada, granos refinados y postres dulces. La composición dietética debería basarse en lo siguiente: -Grasas: 20% a 35% de energía. -Carbohidratos: 45% a 65%. Consumir alimentos con carbohidratos saludables como los granos enteros, frutas y vegetales ricos en fibra. Los granos enteros están asociados con la reducción de la progresión del cáncer. -Proteínas: 10% a 35% (al menos 0.8 kilogramos). La adecuada ingesta de pescado, pollo sin piel, huevos, productos sin grasa y granos es recomendable para cual fase del tratamiento. Los vegetarianos deben comer nueces, semillas, granos y cereales en cantidades suficientes. No obstante se anima a la persona a consumir un suplemento de vitamina B12 y vitamina D, ésta última si no hay una adecuada exposición al sol. Algunos estudios sugieren que la ingesta de Omega 3beneficia a los pacientes con cáncer porque ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares.
El azúcar no está asociado directamente con el aumento de la progresión del cáncer, pero sustituyen el consumo de otras comidas con nutrientes necesarios. En cambio, los últimos estudios exponen que los vegetales y las frutas contribuyen en la supervivencia del tratamiento del cáncer.
1. Coma diariamente 2-3 tazas de vegetales y 1.5 a 2 tazas de frutas.
2. Las opciones coloridas como los vegetales verdes oscuros y naranja son una buena fuente de nutrientes y antioxidantes.
3. Cocinar los vegetales y frutas en abundante agua hirviendo preserva sus nutrientes.
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