La paternidad y maternidad implican retos, entre ellos, incentivar la cultura del ahorro en sus hijos e hijas. Este debería ser uno de los principales objetivos en la formación y la crianza; ya que, tarde o temprano ese niño o esa niña tendrá la responsabilidad de tomar decisiones financieras; y en la medida en que esté entrenado(a) para ello, tendrá una mayor probabilidad de éxito en la gestión de los recursos económicos a los cuales tenga acceso.
En ese sentido nos interesa responder la pregunta, dentro de todo el contexto de la formación financiera familiar, acerca de cómo forjar la cultura del ahorro en nuestros hijos e hijas. Con el fin de proveer algunas herramientas básicas que permitan lograr este objetivo.
La cultura, entre sus diferentes acepciones, es definida como un conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.[1] En ese sentido, hablar de ella es hacer alusión a la expresión de una sociedad que norma la manera en que se manejan ante sus diferentes realidades. Por lo que se pudiera resumir en las conductas humanas de un ente social dentro de una realidad y contexto determinado.
Tomando esto en consideración, hacer alusión al forjamiento de la cultura del ahorro en nuestros hijos e hijas es enfocarse en moldear aquellas conductas que inciten la importancia y el valor del ahorro y esto se puede lograr en cuatro pasos.
Paso No. 1 Transmitirles el valor del dinero
El principal elemento que tanto las personas adultas como los niños y niñas deben asumir a la hora de abordar cualquier tema relacionado con el dinero, es que éste tiene un valor. Uno que va más allá del monto nominal que posee. En otras palabras, el dinero cuesta.
Por lo tanto, en el primer paso el padre y la madre deben enfocar sus esfuerzos en inculcar a sus hijos e hijas lo que implica traer dinero a la casa. Es decir, deben hacerles entender lo que conlleva su producción, tanto en los costos cuantificables: transporte, alimentación, ropa etc. como en los no cuantificables: preparación, estudio, levantarse temprano, etc. De manera que tengan una panorámica de que el dinero no sale de los árboles, sino de una labor.
En ese sentido, una estrategia que se pudiera implementar es hacerles partícipes de un día de trabajo. En donde puedan vivenciar las diferentes realidades de la labor productiva que se desarrolla.
Al mismo tiempo el padre o la madre puede establecer alguna tarea remunerativa, fuera de la responsabilidad regular del niño o la niña, en la que tenga que ganarse el dinero y así iniciarlo(a) en las lides laborales.
Paso No. 2 Abrir una cuenta de ahorros
Luego de inculcar el valor del dinero lo siguiente es iniciar con la práctica de apartar una porción (Diaria, semanal, quincenal o mensual) de dinero, y que él o ella estén consciente de que ese dinero tiene una razón de ser. Esto significa que hay que etiquetar ese ahorro, y para ello es necesario establecer objetivos.
En ese sentido, la sugerencia es abrir un canal de comunicación entre el padre, la madre y sus hijos o hijas en donde se defina el por qué y para qué ahorrar. De manera que puedan estar conscientes de la acción que van a tomar y que al final de la jornada esto tendrá un resultado positivo.
Paso No. 3 Estrategias
El tercer paso tiene que ver con el cómo se va a lograr inculcar la cultura del ahorro en ellos(as). Para esto se toman como referencia y punto de partida los objetivos. Estos van a definir el accionar general, en otras palabras, ellos delimitan lo que se va a hacer y la manera idónea para hacerlo.
Por lo tanto, es indispensable transparentar todo lo que se va a hacer en blanco y negro. Esto es, hacer un esquema en donde se respondan las siguientes preguntas:
Ejemplo de esquema:
Esta tabla grafica y hace tangible la razón del ser del ahorro y cómo se va a lograr. Subsecuentemente es necesario crear una tabla de logros en donde se vean cómo se ha avanzado en el tiempo, y que efectivamente la acción está teniendo resultados.
Paso No. 4 Llevar a cabo la acción
El cuarto paso quizás sea el más importante de todos; porque en él se materializa todo el esfuerzo. Ya que se ha logrado la meta, y por ende, hay que llevar a cabo la acción.
La razón de ser de esto es que hay personas que luego de llegar al monto planificado al darse cuenta de que lo lograron quisieran seguir ahorrando y olvidarse de lo que originalmente habían planeado. En caso de que esto suceda con su hijo o hija, debe evitar dicha acción. Porque no es saludable. Ya que al hacerlo lo que se está inculcando no es la cultura del ahorro, sino la de la acumulación sin propósito y esto devenga en financiar la pobreza.
Por lo tanto, es necesario que tan pronto se logre el objetivo llevarlo a cabo en su totalidad y que esto sirva en incentivo para plantearse nuevos retos; y así lograr forjar de manera efectiva la cultura del ahorro en nuestros hijos e hijas.
Es importante resaltar que lo que se está buscando no es acumular dinero, sino encausar un tipo de conducta. Y esto va a implica disciplina, tiempo y paciencia por parte de los padres y las madres que emprenden este proyecto. A razón de que los resultados no se ven de la noche a la mañana y es posible que en el camino haya decepciones o deseos de desertar. No obstante la invitación es a mantenerse enfocado(a) y avanzar hasta logra los resultados de dicho emprendimiento, ya que si se mantiene el mismo curso de acciones, los frutos de forjar la cultura del ahorro serán de gran satisfacción.
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