Bienvenidos a la tercera parte de esta guía para viajar con bebés. Como dijimos en las dos anteriores, cada familia es diferente y, sobre todo, cada bebé y cada expectativa personal de los padres sobre cada viaje es distinta.
Por eso, en esta serie de guías que armamos quisimos recolectar información, ideas y consejos para que viajar con los más pequeños sea una cataratas de buenos recuerdos para todos. No somos padres expertos en nada, solo intentamos compartir nuestra experiencia. No quiere decir que lo que digan estas guías es lo único que se puede hacer. Simplemente es la recopilación de nuestras vivencias. Durante los primeros dos años de vida de Tahiel realizamos varios viajes cortos por el país y países vecinos (en auto y barco), y un viaje largo de siete meses por Europa, con mochilas.
Algunas cuestiones podrán ser obvias para algunos, pero no para todos. Esperamos que les sea de utilidad!
Nosotros vamos a ir a lo práctico. Tahiel les cuenta sus aventuras y vivencias en La Columna de Tahiel. ¡No dejen de leerla!
SALUD e HIGIENE
Una de las cuestiones que más preocupa a muchos papás, sobre todo a los primerizos, es el tema de la salud y la higiene en los viajes. Como con otros aspectos del viaje de un bebé, todo va a depender de cómo sean los padres y el bebé con este tema y la adaptación al lugar donde estén. Por ejemplo, si son fanáticos de esterilizar las mamaderas cada vez que el bebé la usa o de lavar el vaso cada vez que toma el niño pequeño, tendrán que destinar mucho tiempo a eso y, si el lugar se los permite, posiblemente tengan ganas de hasta llevar el equipo para esterilizar las mamaderas.
Esto último para nosotros sería un exageración y muy poco práctico, pero cada familia puede llevar lo que quiera en su viaje. Eso sí, posiblemente después se arrepienta de haberlo llevado.
La idea es tener durante el viaje los mismos cuidados que tenemos en casa, pero adaptarnos a las circunstancias
Si son de los papás que prefieren los medicamentos naturales, van a tener que llevarlos en el equipaje porque posiblemente sea más difícil conseguirlos en cualquier lugar, salvo que de ante mano se pongan en contacto con algún grupo o médico naturista en el destino donde vayan.
Vacunas.
Si estamos de viaje y es el momento de darle una vacuna, debemos respetar el calendario de vacunas del país de origen y consultar a nuestro pediatra cuál es la vacuna que debemos aplicarle en el lugar donde estemos. Por ejemplo, cuando Tahiel cumplió 18 meses teníamos que darle la vacuna que, según el calendario argentino, le corresponde a esa edad. Estábamos en Ovar, una pequeña ciudad del centro de Portugal y concurrimos a una sala infantil de un hospital. Allí le aplicaron la vacuna correspondiente previa consulta con otro médico.
Si vamos a viajar a un destino donde se necesitan vacunas especiales, debemos consultar con el pediatra sobre su aplicación. Algunas vacunas no son recomendables para los más pequeños.
Les sugerimos visitar al pediatra, aunque el destino no requiera vacunas, antes y después del viaje. En esa visita previa, no dejen de comentarle que se van de viaje. A lo mejor se le ocurre algún consejo útil.
Seguro médico.
Si en nuestro país pagamos un servicio de salud, posiblemente estemos cubiertos si viajamos por el propio país. Muchas de estas empresas también cubren en países vecinos. Antes de salir de viaje consulten sobre este tema con su prepaga. También algunas tarjetas de crédito tienen incluidos los seguros de viaje. Siempre hay que consultar qué es lo que cubre cada uno de esos seguros, porque muchas veces son cosas mínimas y no nos sirven en todos los destinos.
Sino tienen nada de lo anterior, les recomendamos viajar con un seguro médico. Muchas personas no lo hacen, pero para nosotros es fundamental tenerlo. Uno tiene que tenerlo para no usarlo. Es como el seguro del auto o la casa. Sobre todo si estamos en otro país donde puede salirnos muy caro una consulta, una radiografía o un análisis.
También, de acuerdo con el destino al que viajemos, podemos atendernos en los hospitales públicos, pero no todos los padres son partidarios de esta idea.
Si el bebé tiene previamente algún problema de salud, deberán tener en cuenta que nada del tratamiento cambiará durante el viaje, por lo que deben llevar todo lo necesario para atenderlo o asegurarse de que se pueda conseguir en el lugar de destino.
Pañales
Se pueden comprar en el lugar de destino, pero siempre hay que tener algunos con nosotros. Cuando tomamos algún medio de transporte o salimos todo el día a pasear, debemos calcular tener algunos más de los que generalmente usa el bebé.
Si viajamos en auto o combi podemos aprovechar las ofertas. Sino, es imposible porque no podemos cargar con esos paquetes enormes que suelen incluir las ofertas. En algunos países nos sorprendió la brecha que incluía cada medida, por ejemplo un pañal para los bebés de 7 a 18 kilos. Nos parecía mucha diferencia, pero era lo que había, así que no nos quedaba otra que comprarlo. Al igual que en nuestra ciudad, en todas partes suele haber marcas de primera y segunda. Muchas veces las de segunda no son malas, solo es que no tienen la prensa suficiente. Es cuestión de probar. O consultar con una familia local que ya los conozca. Casi siempre que comprábamos pañales teníamos que comprar también toallitas. Al igual que con la comida del bebé, en algunos casos puede ser que no entendamos el idioma, pero los números y los dibujos nos ayudan.
A veces, todas las compras eran para Tahiel. Y estas cosas suman en el presupuesto.
Las toallitas son ideales para tener siempre a mano. No solo para limpiar la cola de los bebés, sino también las manos (de ellos y nuestras) antes y después de comer o cuando salen de jugar de la plaza. También sirven cuando se derrama alguna bebida o comida o para limpiar alguna superficie que queramos usar. Pero no es necesario llevar un arsenal. Con un paquete pequeño alcanza. Se consiguen en muchos lugares.
Bañadera
Existen bañaderas plegables e inflables, que si se viaja en algún vehículo se pueden llevar. (También se pueden llevar en una valija porque no ocupan mucho lugar, pero ahí debemos ver qué otras cosas tenemos que llevar para establecer prioridades, porque sino viajamos en algún vehículo, la valija la cargamos nosotros en todos los desplazamientos).
Si vamos a un hotel o hostel podemos consultar por la disponibilidad de alguna.
A nosotros en un hostel de Lisboa, la dueña nos trajo la bañadera de su hija y la usamos los tres días que estuvimos en el hostel.
También, si son chiquitos y la pileta de la habitación es grande, podemos bañarlos allí. Pueden pedir un tapón en recepción o improvisar alguno con una media o con un juguete.
Cuando ya son más grandes podemos bañarlos parados. A Tahiel no le gustaba, pero a veces lo tuvimos que hacer.
Otra opción es usar el mismo nylon (u otro) que usamos para poner entre la sábana y el colchón, pero esta vez para que el bebé/niño se siente. De esta manera se baña sentado y no apoya la cola en el suelo.
ENTRETENIMIENTO
Este es uno de los puntos más importantes en un viaje con bebés y niños pequeños. Así como es fundamental respetar los horario de sueño y comida, también es primordial respetar los horarios de juegos y entretenimiento.
Como siempre decimos, los bebés siguen siendo los mismos aunque nos vayamos de viaje, por lo que debemos seguir jugando con las mismas cosas que usamos en nuestra casa. Si el viaje es muy largo, como nos pasó a nosotros durante los siete meses con Tahiel por Europa, debemos ir adaptando sus juegos a la edad que vaya teniendo. Por ejemplo, en ese viaje, le fuimos comprando libritos para su edad (no importaba el idioma), y le compramos masas y lápices.
Cuando son muy bebés no usan muchos juegos, pero seguramente tienen algún muñeco que emite sonidos o algún colgante o algún sonajero que le gusta. No dejen de llevarlo.
Cuando son un poco más grande suelen tener algún muñeco o juguete preferido. Apenas identifiquen cual es no dejen de meterlo en el equipaje. Si bien se pueden comprar juguetes, libros y lápices en todas partes, siempre es bueno que ellos tengan sus preferidos a mano. A veces nos pueden salvar.
Por ejemplo, a nosotros nos pasó con el juego que ven en la siguiente foto. A Tahiel le encantó desde la primera vez que lo vio y es el juguete con el que lográbamos llevarlo a la bañadera. Le decíamos que íbamos a jugar con eso en el agua y se metía sin problemas. También nos ayudó mucho en el primer viaje en avión.
Cuando ya son más grandes es fundamental tener en cuenta que debemos destinar algún momento del día para el juego. Nosotros tratábamos de llevarlo siempre a una plaza. A partir del año de Tahiel, que ya caminaba, conocimos todas las plazas de los lugares por los que pasábamos. El problema es que no todas las ciudades del mundo tienen plazas como las conocemos en la Argentina, pero siempre aparece alguna opción. Aunque sea un pelotero/sala de juego en un centro comercial. Esto último nos salvó en varias ciudades de Europa, como Praga o Sarajevo.
En una plaza de Toledo, España.
En una plaza en Krems, Austria.
En un centro comercial en Bilbao, España.
En la planificación del viaje tiene que estar presente ese tiempo. Los viajes en familia tienen que contar con espacios y tiempos para todos los integrantes. Cuando sean más grandes se van a involucrar mucho más en la planificación de esos momentos, van a pedir (o a exigir), van a opinar y será muy lindo ponerse de acuerdo entre todos sobre qué hacer y ver en cada lugar. Pero mientras tenemos que tenerlos en cuenta nosotros.
Para los chicos es fundamental jugar. Podemos aprovechar los viajes para que jueguen en la naturaleza o con otras personas que conozcan en el camino, pero no nos olvidemos de ofrecerles los juegos acordes a su edad y el tiempo necesario para explorar a su manera.Si son más grandes, podemos prepararles juegos especiales para que hagan durante el viaje, por ejemplo, una búsqueda del tesoro en una ciudad o que aprendan a descifrar mensajes secretos mientras pasean. En la sección de juegos viajeros les damos algunas ideas. Es una sección muy nueva, así que vuelvan a consultarla en un tiempo que tendrá muchas más ideas (y algunas muy piolas para hacer con los chicos más grandes). También podemos hacer que vayan completando su diario de viaje. Esta es una muy buena idea que muy pronto les compartiremos en el blog.
Viajar con bebés/niños pequeños implica:
- Tener paciencia. Mucha paciencia. (Digamos que un poco más que en casa).
- Entender que tenemos que cambiar el chip. Ya no somos uno o dos, somos tres o más. Ya no vamos a contar con el tiempo (y la libertad) que teníamos antes.
- Que todo lleva más tiempo del que pensaste. No hay prisa. Lo que antes se hacía en un día, ahora es en dos. Lo que se hacía en dos horas, ahora en cuatro. No quieras hacer más de lo que se puede.
- Que, inevitablemente, los planes cambiarán. (Si ya suelen cambiar cuando viajas sin chicos, con ellos, cambian más).
- Adaptarse y respetar los tiempos y gustos de los chicos, tanto en el sueño y la comida, como en los JUEGOS. (Cuando sean más grandes habrá tiempo para negociar, se engancharán más con el destino, propondrán actividades, etcétera).
- Saber que son vacaciones. Relajate. No te enojes si las cosas no salen como las pensaste.
- Aprender todos los días a disfrutar de otras cosas. El tiempo de las vacaciones es ideal para disfrutar en familia de actividades que durante el año no podemos hacer. No lo desperdiciemos en cosas sin sentido.
- Siempre recordar el primer punto. ¡Buen viaje!
No dejen de darle una mirada a las otras guías:
Guía para viajar con bebés y niños pequeños I: documentación y transporte.
Guía para viajar con bebés y niños pequeños II: alimentación y alojamiento.
Guía para viajar con bebés y niños pequeños IV: equipaje.
¡¡Viajar con bebés o niños pequeños es AGOTADOR, pero no viajar con ellos TAMBIÉN!! Tener un bebé es agotador. Así que no dejen de hacerlo porque ahora son tres (o más).
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