Si he de ser sincero, hasta hace muy poco no me había enterado de que se estaban editando guías para evitar el lenguaje sexista con el supuesto fin de fomentar la igualdad de la mujer. El otro día publiqué un artículo sobre este asunto, lo que me hizo indagar un poco más en el concepto de estas…
… guías para evitar el lenguaje sexista
Las guías para evitar el lenguaje sexista suelen estar editadas por comunidades autónomas, sindicatos, ayuntamientos, o incluso universidades, y por lo visto hay muchas en circulación y no solo la que mencionaba en mi artículo anterior.

Guías para evitar el lenguaje sexista. Cosas de políticos
Llaman la atención varias cosas:
Por lo que parece, en la edición de las guías para evitar el lenguaje sexista no suelen participar lingüistas como hubiera sido deseable. También da la sensación de que en mayor o menor grado se trata de simple postureo y suelen ser publicaciones dirigidas, no al lenguaje de la calle, sino al lenguaje oficial de las instituciones.
No dejan de ser recomendaciones (en busca de esa justificación de la igualdad), pero muchas de ellas son bastante absurdas como ya comenté.
Salvo alguna excepción, todas estas guías no aceptan en ningún caso el uso del masculino genérico, lo cuál en sí mismo es una aberración lingüística. Alguna dice simplemente que se abusa del genérico masculino y que habría que minimizar su uso.
Se basan en el argumento de que existe discriminación hacia la mujer en nuestra sociedad. Eso es difícil de negar; en mayor o menor grado es cierto que esa discriminación se produce en muchas situaciones. También se afirma, y es cierto, que existe un cierto sexismo en la publicidad (actualmente algunas marcas intentan evitarlo haciendo dos versiones del mismo anuncio; una con mujer protagonista y otra con hombre, lo que al final acaba siendo una solución política bastante ridícula); también es cierto que hay más violencia machista que feminista (aunque ambas coexisten). Pero que todo eso sea cierto, no justifica el tipo de cambio que se pretende, ni ese cambio lleva hacia la igualdad buscada.
Una de las guías recomienda usos del lenguaje como este: Los gerentes y las gerentas revisarán las solicitudes presentadas hasta la fecha. Porque no incluir «gerentas» lo consideran discriminatorio para la mujer.
Nada impedirá que el lenguaje siga cambiando, pero no con estos criterios
Es cierto que el lenguaje se va actualizando y todo cambia, pero el desdoblamiento de todas y cada una de las frases no puede ser el futuro del hablante; no podemos estar continuamente hablando de ciudadanos y ciudadanas, funcionarios y funcionarias, madrileños y madrileñas o estudiantes y estudiantas. Ni sería lógico decir «Voy a comer a casa de mi suegro y mi suegra los domingos».
Un ejemplo de que el lenguaje se actualiza y se adapta a la realidad lo tendríamos en la palabra alcaldesa. Cuando todo eran alcaldes (hombres), ya existía la palabra alcaldesa para referirse a la mujer del alcalde. Eso ahora ha cambiado porque ya hay alcaldesas que no es que sean esposas de alcalde, sino que ejercen el cargo. La RAE ha modificado las definiciones, aunque mantiene como uso coloquial lo de «mujer del alcalde». Exactamente lo mismo ocurre con «jueza», que coloquialmente todavía es válida como mujer del juez.
También viene siendo habitual y aceptable (cosa que antes no lo era) el desdoblamiento de las profesiones: médico/médica, juez/jueza, abogado/abogada. Pero muchas mujeres prefieren seguir utilizando el anterior genérico masculino.
Curiosamente la palabra economista no está desdoblada a economisto, y no conozco a ningún hombre que se sienta molesto por ello. Sí se han desdoblado otras como enfermera o azafata que antes eran profesiones estrictamente femeninas y ahora tenemos enfermeros y azafatos.
Lo que se dice es que se busca una mayor visibilidad de la mujer en el lenguaje y que eso fomenta la igualdad. Solo puedo decir que estoy de acuerdo en las adaptaciones que va teniendo el lenguaje porque la mutación es inevitable, pero nunca puede ser la solución el desdoblamiento sistemático de cada una de las frases porque nos lleva a una situación ridícula.
Suelo leer muchas novelas (por cierto, no hay novelistos ahora que caigo en el detalle); unas escritas por hombres y otras por mujeres, y no he observado ningún síntoma de que las mujeres eviten el genérico. ¿Por qué será? ¿No estaremos solo ante una obsesión de nuestros políticos que quieren hacernos creer que esa es la forma de luchar contra la discriminación?
Ramón Cerdá