Van Guiller y Piñera después de todo. Y ¿Qué puede pasar? Nada nuevo, la DC se reduce cada vez más y la gente del frente amplio se venderá, más o menos gradualmente, al poder político ex-concertación, a lo MEO. Y a medida que lo hagan, los votos de la gente que creyó en alguna de las mentiras se les van a ir escurriendo hasta que aparezca la próxima fantasía. Pero - ¡wow! – van a poner el tema de la consitución sobre la mesa. Porque al final todo se trata de eso, de puras mentiras. Pero si hay alguien que se pasa de cara de palo es justamente MEO, quien vergonzosamente vio perder a Frei después de darle su apoyo y ahora le dice a Beatriz Sánchez que no cometa su mismo error, que apoye inmediatamente a Guiller.
Si se trata de caras duras, Bachelet ahora tiene como una mueca enquistada. Cuando habla de que nos sumemos, junto a todos los otros pelotudos que hablan del deber cívico, desde Pelegrini a cualquier payaso: no se darán cuenta que ellos son los que cobran por ser políticos y no son capaces de poner a ninguna persona cómo la gente para elegir. Si te llaman a ser vocal de mesa, ahí si hay que ir (aunque no faltan los que faltan), lo otro es voluntario. Después están sorprendidos de lo poco que fueron a votarle a Piñera, como si fuese tan maravilloso el millonario.
Porque lo que viene si sale es el régimen del dinero y el estanco del tabaco, por decirlo así: que mande el banco. Pero nos van a decir que creció la wea. Y lo peor, va a ser verdad, pero los bancos se lo llevaron todo. Claro, ser esclavo es mejor que morir de hambre haciendo fila, cagado de miedo que te cogoteen, pero ser esclavo no es bueno. Nadie se siente muy orgulloso de tener que ir a votar solo por el miedo: preguntenle a los gringos. Asique no es de sorprender que la gente no salga corriendo a votar por Piñera. Menos en la primera vuelta.
Y bueno, siempre están las excepciones. Porque gente queda que vota por la UDI aun veinte años entrados el siglo veintiuno. Y si hay algo que es cierto es que los que fueron a votar por Kast para mostrar que aún quedan reminiscencias del fascismo primigenio, todos va a ir a votarle a Piñera. Porque así somos en Chile, si nos hablan del tren bala, los monopolistas nos explican de inmediato que es demasiado bueno y les creemos − si pa’ que tanto po’… …mejor que contamine y ande lento, medio roto. Más patriótico ¿cierto? Lo bonito: la cultura. El esfuerzo aperrao’, saludar al personaje pintoresco − o cualquier hueva’ de la mano con nuestros impecables índices de productividad.
Y ¿qué puede pasar? Que gane Guiller y que continuemos con la deconstrucción oportunista de la fibra social hasta que el populismo reviente insostenible en un colonialismo infantil cada vez más Maduro y sangriento. O que gane Piñera y el estrujamiento inescrupuloso que ejerce el capitalismo nos drene a cada uno individualmente el alma, el tiempo y la vida. ¿Polarización? Todo lo demás es mentira.