Esta semana no puedo dedicarle todo el tiempo que el blog merece. Me encuentro inmiscuido en una labor que detesto pero de la que no he podido librarme. He sido nombrado pintor de brocha gorda oficial y ortodoxo y me han encomendado, en petit comité, que me haga cargo del adecentamiento de algunas estancias de mi humilde morada. De tal manera, que mientras intento sobrevivir entre brochas y rodillos, les dejo una entrada a la que deben dedicarle algunos minutos de su tiempo. No soy muy dado a incluir vídeos, principalmente porque terminan por desaparecer al poco tiempo, por aquello de los derechos de autor y demás peroratas de la propiedad intelectual. Lo entiendo y comprendo, aunque no tiene mucho sentido perseguir fragmentos de películas o trailers para extirparlos, cuando muchos de los que pertenecemos al mundo de la blogosfera lo único que realizamos es una labor de promoción gratuita de un producto en concreto. En esta ocasión no he podido resistirme de lo que me parece una autentica maravilla de la animación. Guillermo del Toro firma la cabecera de uno de los episodios tradicionales de terror de "Los Simpson", todo un compendio terrorífico, plagada de referencias, guiños cinematográficos e imágenes de poderoso atractivo. Una pequeña obra maestra.