Hacía 1.276 provocó al gobernador del cantón de Uri, Hermann Gessler , negándose a inclinarse ante el símbolo de la autoridad del Imperio: un sombrero colocado en lo alto de un poste que estaba clavado en el centro de la plaza principal. El gobernador decidió castigar la afrenta y, aún a sabiendas de la fama de buen tirador de Guillerno, le obligó a disparar a una manzana colocada sobre la cabeza de su hijo menor ; si acertaba en el blanco le concedería la libertad, pero si fallaba sería arrestado.
Esta singular historia ha suscitado siempre muchas dudas entre los historiadores.
En el siglo XVIII, Voltaire comentaba: "La historia de la manzana es muy sospechosa, y lo que la acompaña no lo es menos" . En efecto, ningún documento contemporáneo recoge la historia y tampoco menciona el nombre del protagonista.
En realidad, la historia de un hombre valiente que dispara a una manzana colocada sobre la cabeza de su hijo se encuentra en leyendas medievales como la "Crónica danesa" de Saxo Grammaticus , fechada en torno al año 1.200, y en una antigua balada inglesa de Willian de Cloudeslee, entre otras.
Es, pues, muy probable que la historia de Tell fuera una adaptación de esas leyendas . El autor que ofreció el primer relato extenso del mito de Guillermo Tell fue Aegidius Tschudy, que escribió su "Crónica helvética" datada en 1.570.
Tshudy compuso su crónica con la única finalidad de agradar a todos sus posibles lectores, y a fin de cumplir con este propósito no dudó en inventar todo tipo de documentos.
La historia de Guillermo Tell estaba, además, relacionada con otra leyenda relativa a los orígenes de Suiza . Según el relato recogido por el mismo Tschudy, la muerte del Gobernador a manos de Tell constituyó la señal para una gran rebelión de los suizos contra el poder imperial . El movimiento partió de los tres cantones (distritos soberanos) del centro del país, Uri, Schwyz y Unterwalden, cuyos representantes, Walter Fürst, Werner Stauffacher y Arnold von Mechtal, se reunieron una noche junto al lago de los Cuatro Cantones, en un recóndito prado conocido con el nombre de Rütli. Allí juraron ayudarse mutuamente para liberarse de la servidumbre de los Habsburgo.
Tras la desaparición en 1.218 de la familia de los Condes de Zähringen, dueños de una buena parte del territorio suizo, los Habsburgo, la dinastía que rigió el Sacro Imperio Romano Germánico desde 1.273, intentaron extender su dominio por el país.
La apertura de los primeros pasos alpinos de Simplón y de San Gotardo aumentó el interés estratégico de esos territorios, que antaño habían estado muy aislados.
El afán expansionista de la familia de los Habsburgo hizo sentir a los cantones, sobre todo a las comunidades rurales que se sabían más indefensas, la necesidad de preservar sus privilegios como territorios libres, dependientes directamente del emperador.
El texto empezaba así: "Por eso, toda la gente del valle de Uri, la totalidad del valle de Schwyz y la comunidad de la gente del valle inferior de Unterwalden, considerando la malicia de los tiempos, a fin de que puedan mejor defenderse a sí mismos y a los suyos y conservar un estado adecuado, de buena fe han prometido darse ayuda, consejo y favor con personas y bienes, dentro de los valles y fuera de ellos, hasta más no poder, contra todos y cada uno que pueda hacer fuerza, molestia o agravio a cualquiera de ellos, o hacer daño en sus personas o bienes" .
El nacimiento de una nación
Elaborada en el siglo XV, la historia se divulgó con gran rapidez entre la población. Por ejemplo, hasta bien entrado el siglo XX se hicieron representaciones de teatro popular sobre la historia de Guillermo Tell. Sin embargo, puede decirse que fue en el siglo XVIII cuando Guillermo se consagró como un héroe de la libertad helvética.
En 1.736 se imprimió por primera vez la crónica de Tschudy, que desarrolla ampliamente los acontecimientos relacionados con el personaje, y esa obra sirvió de base para el amplio relato que el historiador Johannes von Müller incluyó en su "Historia de Suiza" publicada en 1.778. Gracias a esta obra, Tell se convirtió en el auténtico representante del espíritu nacional alpino y difundió por todo el mundo la imagen de los suizos como un pueblo pacífico , que vivía en armonía con la naturaleza que lo rodeaba y que había sido capaz de conseguir su independencia por medio únicamente de su propio valor.
Las ardientes frases del personaje de la obra de Schiller (" Lo que las manos alzaron, las manos pueden derribarlo. Dios nos dio la fortaleza de la libertad [...] El reinado de los tiranos violentos es el más breve" ) hicieron de Guillermo Tell un símbolo de la libertad universal y un precursor de la lucha por los derechos humanos.