Revista Cultura y Ocio

Guioneces (xxvi): diálogos: un caso de subtexto

Publicado el 08 octubre 2011 por Fhrodri
Ignoro si es algo que se aborda actualmente en los temarios de los talleres (lo de ciertos cursos, lo siento, con excepciones, es de auténtica vergüenza), pero cuando se tocan todas las posibilidades para un diálogo, debería tratarse el concepto de subtexto.
Lo del subtexto, en verdad, no es una necesidad. No se justifica en términos de funcionalidad. Es una elección del guionista. Es personal, y, eso sí, depende del tono. Y de que queramos ser originales. Al fin y al cabo, una manera de evitar los discursos y los diálogos obvios, fáciles, tópicos, es el subtexto. 
Por supuesto, en televisión (en nuestra televisión) es improbable que nos dejen colarlos. Por una parte, porque, como muchos ejecutivos de cadenas saben bien, el público, el espectador es idiota. Por otra, porque tal vez la ficción concreta en que trabajemos, su tono, su ritmo, no acepte bien un subtexto demasiado elaborado. De hecho, el compañero de La solución elegante expone un caso claro de cuándo no es apropiado un diálogo con subtexto. 
Pero, por si alguien nos dice (hasta nos grita) que una historia de tipos duros, de la calle, "realista", no acepta algo tan "literario" como el subtexto, aquí hay un ejemplo que podríamos contraponerle. Lo encontramos en el capítulo 3 de la temporada 4 (House Rooms). Esta temporada se inicia con unas escuchas que, por primera vez, no incluye al detective Jimmy McNulty. Por otra lado, dicho personaje no está interesado en volver a la calle, e implicarse en aquello en lo que, lo quiera o no, es muy bueno. Así que un día, su buen amigo William Bunk Moreland acepta su invitación a cenar. Luego, salen a por un par de birras, y beben y charlan como en los viejos tiempos (este escenario y estas conversaciones salían bastante en anteriores temporadas). Y, de pronto, Moreland comienza a hablar de cosas sin relevancia: algo que se vende en las esquinas, y que llaman "truchas de lago". Pero, claro, McNulty sonríe, y comenta, de truchas tienen poco. Y así, ya no están hablando de veras sobre truchas. 
GUIONECES (XXVI): DIÁLOGOS: UN CASO DE SUBTEXTO
GUIONECES (XXVI): DIÁLOGOS: UN CASO DE SUBTEXTO
GUIONECES (XXVI): DIÁLOGOS: UN CASO DE SUBTEXTO
GUIONECES (XXVI): DIÁLOGOS: UN CASO DE SUBTEXTO
Y McNulty, claro, entiende lo que le quiere decir. Y nosotros. Moreland le está lanzando una indirecta. Su amigo se está escudando en trabajos de oficina, cuando él, su talento, su forma de ser, no es ésa.
¿Es un subtexto muy literario? No. No, porque el tono de la propia conversación es casual, con lenguaje sencillo, de la calle. No, porque tiene incluso una justificación dramática. Moreland ya le ha lanzado indirectas menos sutiles en alguna escena anterior. Quiere presionarle pero no demasiado.
¿Y ustedes? ¿Se han cruzado con una escena con subtexto últimamente? ¿Son demasiado arriesgadas, tal vez?

Volver a la Portada de Logo Paperblog