Su autora dice que quería algo diferente… No entiendo por qué, ¡ni que en cualquier ciudad de España una pudiera comprar (en las zonas más turísticas) un traje de flamenca de talla niño, una pegatina con un toro o un gorro mexicano! Pero Carolina Comas, la autora de esta idea, se pregunta “¿Por qué, si compro un recuerdo en Barcelona, en Londres o en París resulta ser el mismo bolso, la misma taza o el mismo vaso pero con la inscripción de una ciudad diferente grabada?” ¡¡¡Y todos sabemos a cuál se refiere!!! ¡La tipografía tan fea que eligieron, madermain!
Total que un día Carolina, que es uruguaya y expublicista, por cierto, se dijo ¡hasta aquí hemos llegado! y creó Guiri Stuff una línea de souvenirs y objetos de museos que bebe del humor hasta en su propio naming. Bueno, más que humor podríamos estar hablando de salero, porque cuando en el packaging de las castañuelas lees “a tus vecinos les va a encantar tu nuevo hobby” no es que te partas la caja (nunca mejor dicho JAAAA-JA) pero reconoces que tiene chicha.
Y es que, es en ese salero en el que radica la gran diferencia de unos souvenirs, porque Guiri Stuff también vende la clásica peineta, sí, pero con un manual de instrucciones para que te la pongas correctamente y diciéndote “Ay mi arma, qué guapa eres“. Que le llega a poner “my weapon” y ya lo hubiera petado del todo.
Y es que esta mujer se ha propuesto que los guiris recuerden las cosas que vivieron aquí. De ahí que el vaso de la cerveza diga “say chin chin” y que haya creado una colección de chapas con el vocabulario básico de primer día de erasmus, ¡joder! ¡Qué buena idea, hostia!
[ Oye, ¿y si uno no es guiri no puede comprarse uno? ¡Cómo que no! ¡Allá voy! ]
Vía: Yorokobu
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