Revista Conciertos
25 años después de mi primer contacto con GN'R en directo. Mismo escenario. Última oportunidad -tras la experiencia agridulce de San Mamés- para dictar sentencia: o seguía conectado al presente (a nivel de conciertos, claro está; cuando graben algo pasaré por caja sin pestañear) de la banda de mi vida o mejor pasaba página. Y bien, haciendo balance de lo vivido en el Estadi Olímpic la semana pasada, la relación continúa, seguiré comprando sus (golden) tickets. Por qué aunque diste de ser algo perfecto, los pros de un show de Guns N' Roses en 2018 -a diferencia de Bilbao, esta vez con una visibilidad aceptable, 180€ mediante- superan a los contras.
En el lado negativo: Axl Rose, aunque cueste de asimilar, envejece. Él y sus cuerdas vocales -aunque recuerdo que en los piratas noventeros ya cantaba como el culo-. Y no lo hace precisamente como Mick Jagger o Iggy Pop. En una banda donde el componente físico y visual tenía un peso tan importante, este factor supone un lastre. Y hablando de físico, al mío le cuesta aguantar casi 3 horas y media de concierto. Con un minutaje de 2 horas y media, focalizado en sus himnos y prescindiendo del exceso de instrumentales y versiones, todos contentos.
En el lado positivo, todo lo demás: 3 horas y media de concierto -no me contradigo, se agradece que una banda tenga sentido del espectáculo y que intente devolver a su público, ni que sea a base de minutos en las tablas, lo que ha pagado por sus carísimas entradas-, una banda fabulosa donde sobresalen el magnetismo cool de Duff y la magia intacta de un Slash arrebatador (merecido aplauso también para Richard Fortus, el Ron Wood de GN'R) y, por supuesto, un set-list plagado de obras maestras. Momentos favoritos: "Estranged", "Yesterdays", "El Padrino", "You Could Be Mine", "Nightrain" y "Paradise City".
Slash ya ha anunciado gira + nuevo disco con Myles Kennedy para este otoño y todo indica a que la fórmula Axl/DC se reactivará de cara a 2019, por lo que la maquinaria Guns N' Roses volverá a hibernar. ... ¿para despertar de nuevo, pongamos, en 2020? En mi opinión, otra gira mundial sin un nuevo trabajo que presentar no tendría demasiado sentido, pero quién sabe. El futuro, como no podía ser de otra manera con esta banda, es incierto.