No cabe duda de que la combinación del patrioterismo Reaganiano con el cine de acción nos regaló en los ochenta un buen montón de películas a cual más irrisoria, pero el colmo de la ridiculez se lo lleva esta pequeña joyita mediante la que alguien intentó convertir a Kurt Thomas, un gran gimnasta olímpicio americano, en la nueva sensación del cine de explosiones y hostias.
La habilidad de la gimnasia. La destrucción del karate. Todo eso y mucho más es Gymkata.
El terrible Juego
Esta es la premisa de que parte Gymkata, y no creáis que estamos ante la enésima peli de acción ochentera pro - USA. No exagero si digo, si afirmo... ¡si sentencio! que es la película que ningún auténtico amante del Séptimo Arte debería perderse. En la Wasabi Manor hemos podido paladearla en dos ocasiones... y su seguro servidor (que estrecha su mano) no podía dejar pasar la ocasión de darla a conocer al mundo entero.
El terrible protagonista
Nuestro héroe es Kurt Thomas, meteórico medallista olímpico de gimnasia masculina y creador de los movimientos Thomas Flair y Thomas Salto. El error fue ponerle a protagonizar un film de acción, ya que por muy gran gimnasta que fuese, su carita aniñada y su escasa estatura no incitan a ver en él a un duro luchador de las barras y estrellas (dejemos aparte su registro dramático).
De su duro entrenamiento, montado a ritmo de AOR americano (como mandan los cánones), destaca la prueba en la que ha de subir una escalera haciendo el pino, y que nos regalará planazos como este:
El terrible entrenamiento
Y si el prota es cutre, no lo iba a ser menos el malo de la función, un musculado y barbudo remedo de Chuck Norris interpretado por el stuntman Richard Norton que ejerce de líder de los ejércitos parmistaníes y, a la postre, de árbitro de El Juego, labor para la que no duda en utilizar las más pérfidas artimañas.
El malvado
El papel de la buena fue a parar a Tetchie Agbayani, actriz y modelo filipina de la que había que aprovechar sus (escasas) habilidades en las artes marciales: ni más ni menos que la princesa Rubali de Parmistán, hija del monarca más hilarante que veréis en una pantalla.
Animando a nuestro héroe
El resto de contrincantes de El Juego también está a la altura de las circunstancias, como podéis ver:
Encomiable estilismo
Llegados a este punto, os preguntaréis: ¿y la acción? Y a eso vamos, amigos, ya que en Gymkata hallaremos algunas de las peores escenas de lucha jamás coreografiadas, incluyendo contrincantes que aprovechan su chalecho antiflechas para darse calorcito (mirad la imagen de arriba), tiroteos de genial puntería mala (menuda escena en la que los esbirros del malo, no es que no hagan blanco en los buenos, sino que se cargan todas y cada una de las botellas que hay encima de un barril... El perrito piloto es tuyo, chaval), y, cómo no, muñecos... muchos muñecos despeñándose por los precipicios por los que atraviesa el recorrido de El Juego.
También nos encontraremos con un vergonzoso aprovechamiento de decorados (nuestro protagonista no duda en pasar dos o tres veces por la misma callejuela en la misma persecución), extras extraídos del cottolengo local (de belleza acorde con la magnitud de la obra) y, como ya he dicho, escenas de acción pensadas para el lucimiento gimnástico de nuestro querido Kurt, con gloriosos momentos que van desde el casual hallazgo de una barra en un callejón...
...A la escena cumbre de la película, en que, perseguido por una enfurecida turba, Kurt Thomas, ese gimnasta, aprovecha un potro (tristemente camuflado como una especie de fuente o algo así) que casualmente se encuentra en la plaza del pueblo por donde le lleva el temible Juego para dejarnos boquiabiertos con sus habilidades deportivas.
En fin, amigos wasabitas... no quisiera privaros del placer de descubrir Gymkata por vosotros mismos. Todavía os queda mucho por ver, como las "emocionantes" pruebas de El Juego, los descarados cambios de paisaje en una misma escena al aire libre, esas increíbles oscilaciones noche/día... mucho y muy bueno.
A continuación os dejo con el trailer:
Hay mucho que disfrutar en esta película, que haría que los hermanos Lumière se sintieran realmente orgullosos de su invento. Por ello, y pese a ser una nefasta producción de serie z, Gymkata merece tanto 0 wasabis desde el punto de vista cinematográfico...
...Como 10 wasabazos por la inenarrable (y culpable) diversión que nos puede proporcionar.
Así pues, justa y salomónicamente le otorgo los 5 saltarines wasabis del aprobado.
Porque estamos ante una de esas entrañables pelis malas - buenas que tanto gustan en la Wasabi Manor.
Recomiendo (aparte de esta película, claro) darse una vuelta por la página web oficial de Kurt Thomas, actualmente al mando de un prestigioso gimnasio, el Kurt Thomas Gymnastics Training Centeren Frisco, Texas. Quedaréis anonadados al ver la cantidad de anuncios que ha rodado, descubriréis que ha escrito un libro, que se siente orgulloso de Gymkata (yo también lo estaría), y, si lo deseáis, podéis entrenaros (por unos precios bastante ajustados) por él y su equipo de profesionales.
Hasta la próxima, amigos.
Hasta entoces... haced mucho ejercicio.