Conocido por su amplia experiencia en el sector del interiorismo, Violán se marcó el objetivo de generar un vínculo entre el interiorismo y la arquitectura del edificio para crear un ambiente clásico, tranquilo y elegante. El interiorista se ha centrado sobre todo en el lobby, eje principal del hotel, y ha creado una atmósfera intencionadamente recargada, acorde con la majestuosa presencia del inmueble. De esta manera, los nuevos espacios se adaptan a los visitantes del más alto nivel.
La remodelación, enmarcada dentro del plan estratégico que la compañía puso en marcha hace unos años con el fin de garantizar la mejor experiencia de usuario a sus clientes, demuestra la voluntad de H10 Hotels de mantener sus establecimientos con altos estándares de calidad. En este caso ha afectado a las zonas comunes, entre las que se incluyen el hall principal, el lounge-bar y el restaurante, pero también a las 74 habitaciones de las que dispone el establecimiento.
El lounge-bar, ubicado en la entrada, renace convertido en un espacio multidisciplinar en el que se puede acceder a una amplia variedad de aperitivos y bocados ligeros y, en el que además, se ofrece la posibilidad de disfrutar del placer de la lectura en un entorno tranquilo y acogedor gracias a una cuidada biblioteca. En esta parte del hotel las alfombras turcas, así como los sofás y bancos en tonos turquesas y rojos que rodean el espacio, convierten a la estancia en un ejemplo de elegancia clásica. Además, se han utilizado los espejos para dar más sensación de amplitud y crear efectos visuales.
El H10 Villa de la Reina dispone de varios tipos de habitaciones –la júnior suite con sala de estar, terraza y vistas a la Gran Vía; las superiores y las basic–, que cuentan ahora con una estética en la que se ha cuidado hasta el último detalle. Combinan tonos claros y materiales nobles con toques modernos en el mobiliario, tejidos y pintura, lo que dota a cada espacio de una naturaleza propia.
El restaurante Las Infantas, por su parte, también ha experimentado un profundo proceso de transformación, incorporando azulejos oscuros con alacenas de color claro y manteniendo la estética de contrastes vintage y modernos en un escenario de excepción. En él, se ofrece al cliente un completo desayuno compuesto por más de 60 productos diferentes de gran calidad.
Pero no solo se ha modificado la apariencia del hotel, su oferta gastronómica se ha ampliado para sorprender al cliente, introduciendo un concepto nuevo basado en el aperitivo italiano, y centrando la atención de manera especial sobre el vermú personalizado, que se puede disfrutar todos los jueves por la tarde en el bar La Villa a partir de las 19.00 h.
“Esta nueva decoración es una apuesta por la exclusividad y el confort. Nuestro objetivo es posicionarnos como lugar de encuentro para aquellas personas que busquen un sitio especial en el que disfrutar de su tiempo libre. El Bar La Villa está totalmente disponible para vivir un tiempo de ocio de calidad”, ha explicado Ignasi Prosper, director del hotel.