En el siglo XIX, Sir William Osler, uno de los médicos fundadores de la Johns Hopkins Medical School, dijo que los resfriados "deben ser tratados con desprecio". Es casi imposible evitar coger un resfriado. Los adultos tienen un promedio de 2 a 3 resfriados por año y los niños de 6 a 10 dependiendo de su edad y de su entorno. Son más susceptibles a los resfriados al estar en contacto con otros niños en guarderías y colegios, no dominar la higiene personal (lavado manos, toser y estornudar sin tapar la nariz) y por tener constantemente las manos entre boca y nariz.
El resfriado común, se desencadena por más de cien virus diferentes que, además, producen muy poca inmunidad. Por ese motivo, tanto hijos como padres tienen infecciones en ping-pong (se lo pasan de unos a otros) ya que el contagio es por contacto directo, por la inhalación de gotitas en el aire, o indirectamente al tocar con las manos un objeto infectado.
Un niño contagia de dos a tres días antes de tener los síntomas del resfriado hasta que ya se ha curado. Si hacemos cálculos sencillos, un niño contagia durante cerca de dos semanas aunque el periodo más álgido es cuando los síntomas están en su "máximo esplendor", es decir, se encuentra fatal.
Yo todavía no he sufrido pero, a mi alrededor, mis amistades están cayendo como moscas y no digamos sus vástagos. Ya saben que el tratamiento de los resfriados, aparte del desprecio citado, consiste en AJO(derse), AGUA(ntarse) y RESIgNA(ción). Es lo que hay.