Revista Infancia
Nuevamente la Academia Americana de Pediatría nos llama la atención para prevenir los efectos perniciosos del sol en los niños. Se acerca el verano y siempre hemos de recordar que es su piel es muy delicada. El cáncer está subiendo de una forma estratosférica. ¿Ustedes sabrían cómo hay que proteger a un niño del sol? Seguro que todos me contestarían: "¡hombre, por supuesto!". Pero muchos de ustedes probablemente no lo harían bien. Por tanto, voy a ser un poco pesado y les recomiendo que lean las normas que acaban de publicar en la revista Pediatrics.
Hoy quiero hacer hincapié en un hecho que a muchos padres les pasa desapercibido y no se no se dan cuenta de ello hasta que llega el momento. Durante el invierno, al bebé no se le suelen poner gorras de sol sino gorros contra el frío ni tampoco gafas. A medida que se va haciendo mayor si no se acostumbra a ellas y no las tolera. Algunos son de una tozudez exasperante, indignante, irritante, insoportable, inaguantable, agobiante, para tirarse de los pelos y no se dejan poner un nada que no les guste. Por eso, es importante que desde este momento ya empiecen a ponerles una buena gorra y unas gafas de sol despampanante para el que se vayan acostumbrando a llevarlos. Si además su hijo o hija es rubio y con ojos azules tampoco hay inconveniente en que le compren un Porsche descapotable para qué luzca un tipo por las playas.
Por último, les hago una pregunta de examen: un niño de seis meses ¿es conveniente que vaya a la playa?