Un lector ha preguntado a través del formulario de EOM explica por la deuda de guerra alemana. Poco más de cien años después del final de la Primera Guerra Mundial, aún quedan dudas sobre si uno de sus principales perdedores, Alemania, logró pagar las reparaciones que se le impusieron.
Tras la Primera Guerra Mundial (IGM), la firma del Tratado de Versalles dejó sentenciado el endeudamiento de Alemania: el país tendría que pagar las reparaciones correspondientes a los daños causados por el enfrentamiento bélico. Estas ascendían a nada menos que 132.000 millones de marcos de oro —lo que equivalía a 31.500 millones de dólares estadounidenses del momento—. No obstante, esta cantidad de deuda supuso que el país germano interrumpiera los desembolsos. Por ello, Francia y Bélgica ocuparon la región industrial del Ruhr en compensación y Alemania tuvo que emitir más moneda para solucionar el problema. Esto llevó a que la hiperinflación ascendiera hasta límites astronómicos y, a consecuencia de ello, la comunidad internacional pronto se vio en la necesidad de renegociar los acuerdos firmados.
La viñeta muestra las dificultades que afrontaría Alemania para pagar las reparaciones a las que el Tratado de Versalles le sometía. Las opiniones contrarias a imponer tales sanciones proliferaron durante los años 20, y entre ellas la del economista estadounidense John Maynard Keynes. A raíz de esto acabaría escribiendo Las consecuencias económicas de la paz. Fuente: PinterestAsí se fraguó el plan Dawes en 1924. En este momento, representantes de países aliados remodelaron la deuda germana para facilitar su pago: se otorgarían 1.000 millones de marcos cada año hasta 1929, año en que se volvería a examinar la situación. Además, se garantizó un préstamo a la República de Weimar para que pudiera abonar las reparaciones a aquellos Estados que las cobraban.
En línea con lo estipulado en el plan Dawes, las condiciones de los pagos fueron revisadas en 1929 mediante el plan Young. Este planteó la reducción de la deuda germana a 121.000 millones de marcos de oro —29.000 millones de dólares estadounidenses—, pero se mostró inútil ante la quiebra de 1929 y la ruptura del flujo económico, ya que el dinero de los préstamos que se concedían a Alemania para que hiciera frente a las reparaciones con los aliados procedía de Estados Unidos. El grave impacto del crack del 29 en Alemania obligó incluso a una moratoria del pago de sus deudas en 1931 y una nueva renegociación en la Conferencia de Lausana (1932) con el fin de eliminar sus obligaciones económicas casi por completo.
Sin embargo, lo acordado no llegaría a ejecutarse y, además, caería en saco roto con la llegada de Hitler al poder en 1933: el líder del Partido Nazi suspendió el pago de las reparaciones indefinidamente. No sería hasta finalizada la Segunda Guerra Mundial (IIGM) en 1945 que volverían a pagarse las deudas acordadas en la IGM. Para entonces, la cantidad de dinero que el país germano aún debía ascendía a 30.000 millones de marcos, repartidos entre más de 70 países. Ello sin incluir las reparaciones asociadas a la IIGM, que, a diferencia de la primera vez, fueron cobradas mediante propiedades industriales y navales, y que llegaron a cerca de 76.000 millones de euros pagados entre 1951 y 1990.
Dada la exorbitante cuantía de la deuda aún pendiente desde la Gran Guerra, se decidió reducirla a la mitad —que equivaldría al 22% del PIB alemán en 1952— para que Alemania fuera pagando paulatinamente. Alemania Occidental fue la principal interlocutora en las negociaciones de estos pagos, por lo que la responsabilidad de pagarlos recaía únicamente sobre ella. Al considerar que lo justo era que también la República Democrática Alemana pagara parte de la deuda, la RFA puso como requisito para terminar de devolver las reparaciones la unificación del país. Como esto no se logró hasta 1990, la última fase de pagos no se produjo hasta entonces.
Para ese momento, quedaban 125 millones de euros por pagar, los cuales empezaron a pagarse una vez el proceso de reunificación se hubo completado, en 1995. El dinero restante correspondía, principalmente, a las deudas contraídas a partir de la venta de bonos para financiar las reparaciones. Así pues, el último pago de estas se produjo el 3 de octubre de 2010, 92 años después de que el conflicto finalizara y se impusieran estas compensaciones tras la Gran Guerra.
Para ampliar: “Lo que nos enseñó la Primera Guerra Mundial”, Fernando Arancón en El Orden Mundial, 2018
Fe de errores: en una versión anterior de este artículo se decía que la nacionalidad del economista John Maynard Keynes era la estadounidense, cuando Keynes era británico.
¿Ha logrado Alemania cancelar la deuda de guerra impuesta en la Primera Guerra Mundial? fue publicado en El Orden Mundial - EOM.