Hay regiones que quieren separarse, renacen ideologías nacionalistas, no se respetan los símbolos de la nación, es imposible identificar objetivos e ilusiones comunes que unan a los españoles y hasta hay gobiernos autonómicos cargados de odio hacia España que estimulan la ruptura. ¿No estará muerta la idea de España? ---
El Real Madrid se niega a ceder su estadio para que Barcelona y Bilbao Atletic jueguen el 30 de mayo la final de la copa del rey, un acontecimiento al que acudirán miles de separatistas vascos y catalanes cargados de odio a España. El equipo madrileño dice que no lo cede porque los socios, que son los dueños del estadio Bernabeu, no quieren, pero la verdad es que lo hace porque no quiere ver su estadio manchado por los gritos de oleadas de independentistas exaltados insultando a la nación y a sus instituciones y símbolos.
En las redes sociales se ha desatado una campaña pidiendo mano dura y que se suspenda el partido si los mequetrefes del soberanismo y la ruptura pitan el himno nacional e insultan al rey, que, como jefe del Estado, es el principal símbolo de la nación, como pretenden hacer.
El gobierno francés, mas rígido y decidido que el español a la hora de defender la patria común, advirtió ante una situación similar que suspendería el partido y clausuraría el estadio si los salvajes pitaban la Marsellesa.
Ante esos proyectos y amenazas, que no son las únicas donde se desborda el odio a la idea de España, muchos se preguntan si hemos dejado de ser una nación.
Tal vez la idea de España no esté muerta del todo, pero, sin duda, está en agonía. Para que exista una nación mas que la existencia de un Estado, un gobierno e instituciones comunes, se requiere la voluntad de los ciudadanos de avanzar juntos hacia el futuro, compartiendo metas, ideas y proyectos.
Para colmo de males, los diferentes gobiernos autonómicos han roto ya la unidad de España, creando situaciones, derechos, deberes y hasta economías distintas en cada región. Las diferencias no son superficiales y España parece ya una mezcla de puzzle y jeroglífico, donde en cada región se hablan idiomas distintos, se pagan impuestos diferentes, funcionan sistemas sanitarios distintos, hay asignaturas y textos diferentes en las escuelas y los trámites administrativos para abrir una empresa o conseguir unas prestaciones de ayuda también son distintos.
En Cataluña, donde los gobernantes hacen todo lo posible por diferenciarse y romper con España, el gobierno abre embajadas propias en el extranjero y puedes sufrir marginación y graves perjuicios por hablar el idioma común de los españoles o por lucir los símbolos de la nación.
¿Por qué se está rompiendo la nación española? Hay muchas razones, pero destacan tres:
1.- Los independentistas han acumulado odio y están tan corrompidos que quieren controlar un Estado propio para seguir sometiendo y saqueando sin miedo a ser procesados.
2.- Los gobiernos de España, desde el de Felipe González, han sido permisivos y corruptos a la hora de afrontar el problema del nacionalismo vasco y catalán. No lo han castigado y hasta han pactado con sus dirigentes porque necesitaban sus votos para seguir gobernando, violando así la Constitución.
3.- España se ha corrompido tanto y es una nación tan injusta y maltratada por sus gobernantes que a muchos no les apetecer ser miembros de ella. La pésima clase política española ha sido incapaz de despertar ilusiones y proyectos comunes y, al indignar y cabrear a millones de ciudadanos con sus injusticias, errores y abusos, ha terminado dando la puntilla a lo que quedaba de cohesión y a la misma idea de nación.