"Otro vendrá que bueno me hará" …esta gran frase tiene su origen en el siglo IV a.c. cuando una anciana de Siracusa rogaba porque Dionisio el Antiguo, cruel tirano gobernador de la provincia, tuviera una larga vida. Y tenía razón, porque cada vez que rogaba a los dioses para que el tirano de turno cayera fulminado rápidamente, y era escuchada, llegaba uno que era todavía mucho peor.
Recuerden lo malo y despiadado que se supone que era Ángel María Villar en 2017. El juez Pedraz estimaba que Villar se valió de una red de clientelismo, soborno y presiones con el fin de garantizar su permanencia al frente de la Federación Española de Fútbol. Y le imputaba los delitos de administración desleal, apropiación indebida, estafa, falsedad documental y corrupción entre particulares y justificaba la adopción de medidas cautelares ante "la gran capacidad económica de la que disponen" …
Y, a pesar de que el sucesor de Villar, Luis Rubiales, vendió en secreto a Arabia Saudí un patrocinio de la Selección española de fútbol, y que la Supercopa se celebrara en ese país durante seis años desde 2020, sin olvidar las conversaciones entre Gerard Piqué, al frente de la empresa Kosmos, y el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF)... ya teníamos muchos detalles significativos sobre el perfil de esta persona.
Pero la deplorable imagen que ha dado tocándose los cataplines y dando un beso inapropiado a una jugadora del equipo campeón del mundo... eso ya no se puede ocultar. Luis Rubiales ha quedado retratado.
Otro vendrá que bueno me hará …
Mark de Zabaleta