Andan los guardametas de la vieja Europa con la mosca detrás de la oreja, resulta que el balón nuevo de la Champions les gusta poco, que digo poco, lo odian con todo su ser y todo su corazón, incluso Casillas, hombre poco dado a quejarse, mostró publicamente su malestar con estas declaraciones.
"El nuevo balón de la Champions es un desastre total. Ahora es difícil parar tal y como hacen las nuevas pelotas. Hablé de ello con Buffon y también con Cech y Reina. Lo siento mucho, pero esto ha llegado a un punto en que no puede ser. El vuelo que tiene es imposible, ya se vio en la Copa Confederaciones e incluso en la Eurocopa. Cada vez los nuevos balones son peores. El que usamos en la Liga es algo más recto, te puede hacer cosas raras, pero pocas".
Tanta es la desesperación reinante en el gremio que un portero de la liga sueca ha tenido que tomarse la justicia por su mano. Kim Christensen, portero del IFK Göteborg, ya harto de que los balones hagan efectos caprichosos, decidió ajustar el tamaño de su portería a base de patadas en señal de protesta... lógicamente al señor colegiado (que seguro que era delantero en sus años mozos) no le pareció bien la decisión de Kim y volvió a colocar la portería.
Veamos a este compañero guardameta luchando contra la injusticia.