Hoy, 7 de Enero de 2020, España, por fin, tendrá un nuevo gobierno. Muy atrás queda ya la moción de censura por la cual el actual presidente de España, Pedro Sánchez accedía a la presidencia de la nación, en detrimento del popular Mariano Rajoy. Casi dos años en los que el bloqueo político ha sido constante, se podía decir, con tres bandos muy marcados. Por un lado el bloque de la izquierda con PSOE y Podemos, por otra parte el bloque de la derecha con PP, Ciudadanos y Vox y por último el bloque independentista-nacionalista-regionalista, un grupo que confirma la importante pluralidad y diferencias territoriales existentes en la Península Ibérica.
Pues bien, desde aquel Mayo de 2018 hasta hoy el panorama político español ha dado un vuelco impresionante. Si ya en aquella época nos encontrábamos con un parlamento fragmentado, en este 2019 la aparición de nuevos partidos en el congreso de los diputados, todos a excepción de VOX y Más País, regionalistas, han hecho que este país sea, prácticamente, ingobernable.
Así pues, y para que hoy se haya podido elegir al presidente del gobierno han hecho falta los 167 votos favorables de PSOE, Podemos, PNV, Nueva Canaria, Más País, Compromís, BNG y Teruel Existe, es decir, los votos de 8 partidos diferentes, a lo que hay que unir las 18 abstenciones de otras dos formaciones independentistas, EH Bildu y Esquerra Republicana de Cataluña. Por su parte han votado en contra 9 partidos: PP, VOX, Ciudadanos, Navarra suma, Coalición Canaria, Partido Regionalista Cántabro, Foro Asturias, Cup y Junts per Catalunya.
De esta forma, y observando las dificultades que ha tenido Pedro Sánchez para ser elegido presidente del Gobierno, así como la feroz oposición que desde las filas de las llamadas tres derechas (PP, VOX y Ciudadanos) va a recibir, se prevé que este gobierno no acabe la legislatura. Y es que, el nuevo gobierno de coalición, inédito en España durante esta corta pero próspera democracia, el último gobierno de coalición que hubo en España data de la Segunda República, tendrá que hacer frente a numerosos problemas y exigencias de todo tipo tanto desde los partidos de derechas como desde los partidos regionalistas, nacionalistas e independentistas.
Es por ello, que analizando el panorama político español, se avecinan tiempo convulsos, por cuanto la gobernabilidad del país será imposible. Ya lo ha dicho hoy la diputada de Esquerra: «A mi la gobernabilidad me importa un comino». Y es que, si el futuro de España tiene que depender de 10 partidos, los cuales cada uno mira por sus intereses territoriales, muy mal vamos. Por eso, PSOE y PP están condenados a entenderse, porque y con el actual sistema de reparto de escaños, ni PSOE-Podemos ni PP-Ciudadanos-VOX tienen posibilidades de conseguir una mayoría absoluta que favorezca el gobierno de este país. Así pues, o los dos grandes partidos que han gobernado España los últimos 40 años de ponen de acuerdo, cosa que a día de hoy se antoja muy complicada, o los españoles estamos abocados a observar un esperpento político, también se podía llamar circo, dentro del Congreso de los Diputados.