Revista Salud y Bienestar
Las habilidades sociales que una persona posee pueden tener cierta influencia en su bienestar psicológico. Uno de los aspectos más comunes en el entrenamiento de las HHSS es la práctica de la asertividad.
Normalmente cuando se habla de este tema, se suelen comparar los comportamientos agresivos con los asertivos y con los inhibidos, y se intenta fomentar el uso de la asertividad. Este es un ejemplo de comportamiento agresivo, me refiero al personaje que hace de cocinero...
Y en este vídeo puede verse un ejemplo de los 3 tipos de comportamiento típicos...
Intentar no utilizar los comportamientos agresivos es importante porque aunque a corto plazo para algunas personas pueden tener efectos reforzantes, a largo plazo suelen propiciar importantes efectos negativos, por ejemplo sentimientos de culpabilidad, recibir agresiones por parte de terceros o llevar a la soledad (lo cual suele traducirse en ocasiones en depresión). Además, la persona que utiliza dichas conductas con una frecuencia relativamente alta muchas veces no lo ve como tal, sino que simplemente puede sentir que utiliza su "forma de expresarse particular" o que defiende "sus derechos".
El comportamiento asertivo no es siempre el más apropiado pero normalmente suele serlo. Para lo que sirve es para defender nuestros derechos, lo que queremos, intentando causar el menor impacto negativo en los demás.
Puede parecer algo muy básico pero hay muchas personas que siguen a menudo estilos agresivos de comunicación, con lo que castigan continuamente a la gente que tienen alrededor y que les aprecia. Los efectos secundarios del castigo son reacciones agresivas, que disminuya el aprecio por esa persona o la evitación de la misma.
Fuente de la imagen: morgueFile.