Mujer ante el espejo - Pablo Picasso
Se asoma al cuarto de la niña
y en sus pupilas se refleja
un revoltijo de ropa regada
y zapatos sin orden que tapizan el piso.
La cama deshecha la atrae con sutiles guiños
que invita a ser vestida con sabanas limpias.
Accede con ilusión de hada madrina
al rescate de la princesa.
Entra a la habitación
con los sueños de quien cree
va a arreglar los males del mundo.
Se para frente al escritorio que
acoge sobre sus tablas
la computadora y los cuadernos de estudio.
Lee con detenimiento las notas guardadas
dentro de las hojas rayadas.
No son las primeras letras,
ni sumas, ni restas.
Son apuntes universitarios.
!La niña creció!